17 de marzo de 2018

SIETE MUJERES (7 Women)
(USA) MGM / Bernard Smith Prod. / John Ford Prod., 1965. 87 min. Color. Panavision.
Pr: Bernard Smith y John Ford. G: Janet Green y John McCormick, basado en el relato corto “Chinese Finale” de Norah Lofts. Ft: Joseph LaShelle. Mt: Otho Lovering. DA: George W. Davis y Eddie Imazu. Vest: Walter Plunkett. Ms: Elmer Bernstein. Dr: John Ford.
Int: Anne Bancroft, Sue Lyons, Margaret Leighton, Flora Robson, Mildred Dunnock, Betty Field, Eddie Albert, Anna Lee, Mike Mazurki, Woody Strode, Irene Tsu, Jane Chang.
Esta es la doctora Cartwright (Anne Bancroft) cuando llega a la misión americana para cubrir el puesto dejado por la muerte del anterior doctor.
Y aquí tenemos a Agatha Andrews (Margaret Leighton), de ideas estrictas y anticuadas, que rige las actividades en esa misión evangélica en territorio hostil.
La doctora Cartwright se pone al día en cuanto a la delicada situación que se vive en ese lugar. La acompañan en la imagen la señorita Binns (Flora Robson) y la señora Russell (Anna Lee).
Ajena a los ritos religiosos que practican los integrantes de la misión, la desafiante actitud de la doctora Cartwright provoca una mirada recriminatoria de la señorita Andrews. De pie vemos a Emma (Sue Lyon), Jane (Mildred Dunnock), Charles (Eddie Albert) y Florrie (Betty Field).
El enfrentamiento y la tensión entre la doctora Cartwright y la señorita Andrews es inevitable.
Emma es muy joven y la única en ese grupo de mujeres dispuesta a conectar
con las abiertas ideas de la doctora.
En el carácter restrictivo y envarado de la señorita Andrews debemos incluir una inconfesada inclinación lésbica por la muchacha.
SINOPSIS: En 1935, en el norte de China, cerca de la frontera con Mongolia, una misión es asaltada por bandidos mongoles que amenazan con violar y asesinar a las misioneras que allí se encuentran. Una valiente doctora recién llegada a ese lugar "negociará" con el jefe de la horda para intentar salvar a sus compañeras. 
Aquí tenemos a las dos mujeres mostrando sin ambages sus antagónicas posturas.
Sorprendemos a Emma, la única mujer con posibilidades de futuro en ese grupo,  pasándolo mal.
Los bandidos mongoles finalmente irrumpen en la misión. El tipo alto, musculoso y de fiera estampa situado a la izquierda de la imagen es el fordiano Woody Strode.
Una apurada señorita Andrews tratando de solventar una situación muy delicada.
Una cabreada doctora Cartwright poniendo en su sitio al bandido mongol.
Este es el temible Tunga Khan (Mike Mazurki), jefe de la horda, dispuesto a "intimar" con la doctora.
Cartwright comprende que solo existe una posibilidad de salvar a los integrantes de la misión y decidirá jugar esa baza desesperada, sacrificándose por ellos.
COMENTARIO: Si en la época en que se estrenó esta película pudo parecer extraña la elección temática efectuada por John Ford para clausurar su larga y gloriosa trayectoria (¿acaso estaba en su ánimo que ésta fuera la última?). Aunque probablemente sí, ahora comprendemos lo irrelevante de aquella primera impresión. Porque por encima de otras sorpresas (el reparto es casi íntegramente femenino), se trata de una gran película en la que el autor de "EL ÚLTIMO HURRA" quiso esta vez prescindir de sentimentalismos nostálgicos y excesos retóricos, ofreciéndonos una obra concisa, conmove­dora en su desnudez e inusual en el protagonismo que otorga a su admirativa valoración de la mujer, aquí, a través de la doctora Cartwright (Anne Bancroft) y la incorporación de ese personaje a una anacrónica misión evangélica en la convulsa región de Manchuria de 1935. Una aislada comunidad que ignora voluntariamente la realidad exterior cada vez más amenazante personificada en Tunga Khan y el sangriento avance de sus hordas.
Precisamente, la presentación en la película de la doctora Cartwright se efectua con su llegada a ese escenario único como una mujer independiente, escéptica, irónica, bregada, de aspecto y maneras poco convencionales, valiente y sincera (casi como la versión femenina de un solitario héroe de western llegando a un fuerte asediado), e inmediatamente nos queda claro el posicionamiento de Ford en favor de lo que ella representa frente a ese mundo histéricamente puritano, insatisfecho y represor encarnado por la misionera Andrews (Margaret Leighton) a la que, además, Ford “adorna” con tendencias lésbicas que de alguna manera vienen a agudizar su lucha interior (ahí están las escenas con la joven Emma). Del choque entre estas dos mujeres y sus concepciones antagónicas del mundo y la existencia surge el conflicto y la tensión in crescendo que estallará cuando la realidad exterior finalmente irrumpa de manera violenta en ese aislado microcosmos.
Para quienes no hayan superado una visión tópica y superficial de su obra, puede resultarles sarcástico (y revelador) que Ford acabe otorgando la redención –e incluso la salvación física– a esa comunidad religiosa merced a la lucidez y generosidad de una doctora atea y “pecadora” que llega a inmolarse para salvar a quienes, en nombre de unos postulados intransigentes, solo demostraron incomprensión, hostilidad y egoísmo.
“SIETE MUJERES” es el resultado de una evolución en la trayectoria del viejo John Ford consciente de haber sido sustituido en un mundo que ya no le necesitaba. Ya en el ocaso, tal vez presintiendo su cercana muerte, escribe el último párrafo de un testamento cuya redacción había comenzado a partir de “CENTAUROS DEL DESIERTO” y que culminaría ya sin aflicción por los paisajes perdidos, serenamente, con una dignidad y entereza estremecedoras, en esta película corolaria que conjuga lo crepuscular con la fuerza de lo insobornable. El beso de despedida de la doctora a la misionera que ha comprendido al fin su abnegado sacrificio y ese momento final sublime –digno de Mizoguchi– en que tras beber de la misma copa con la que ha envenenado a Tunga Khan la estrella contra el suelo, esencializan la naturaleza del discurso, cuyo lado más hermoso y matizado es ese canto a la dignidad de la mujer. Luego, habiendo llegado al final de su recorrido, a Ford solo le quedó fundir a negro.

14 comentarios:

  1. Es un Ford más conciso y austero que nunca, Teo, pero no parece un Ford que quiera decir adiós, se le ve con una fuerza enorme. Incluso a veces me ha parecido un Ford que quiere tomar un nuevo rumbo, empezar otra carrera con "Siete mujeres".

    Un abrazo.

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    1. La contundente fuerza de las imágenes de "SIETE MUJERES" y el sorpresivo giro que supuso esta película para quienes ya se habían acomodado en la trayectoria de Ford, pudo hacer pensar que, en efecto, se trataba de un volantazo renovador. Pero opino que no, Gonzalo. Lamentablemente, Ford estaba muy cascado cuando la rodó y la propia película nos da claves para... bueno, ya lo explicaba por ahí arriba.
      Un abrazo.

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  2. Creo que Ford con "Siete mujeres" quiso taparles la boca a quienes acusaban a su cine de misógino y de reducir a las mujeres de sus películas a papeles pasivos y de mero apoyo. Comprobar la falsedad de estas afirmaciones es fácil si repasamos algunos títulos de su filmografía. Además, "Siete mujeres" es una película mayúscula y emocionante por muchas otras razones.
    Un abrazo.

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    1. Esos tópicos que han circulado durante décadas por los pasillos de la crítica "izquierdosa" (me considero un hombre de izquierdas y sin embargo jamás percibí sus películas bajo ese prisma) sobre el cine de Ford demuestran una buena dosis de ceguera y pereza mental. Pero con la perspectiva que otorga el paso del tiempo se recupera lucidez y finalmente todo queda colocado en su sitio.
      Un abrazo.

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  3. Me parece una película bellísima y un cierre de filmografía que merece la pena no perderse. El personaje de doctora Cartwright es para no olvidar, y las otras mujeres están también perfectamente construidas, incluso las más secundarias. Como dices su última secuencia no se olvida.
    Algo que siempre intento y me gusta muchísimo es ver la primera película y la última de ciertos directores. Hablando de últimas... otra maravillosa es la de John Huston y Los muertos. Es otra bellísima despedida.

    Beso
    Hildy

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    1. Las despedidas, las cinematográficas, suelen estar cargadas de lucidez, belleza y melancolía. La de Huston, un testamento que es a la vez una conmovedora reflexión sobre el (sin)sentido y fugacidad de la vida, cuando lo más fortuito puede repentina­mente descubrir nuestra ignorancia e inutilidad frente al ser amado, “raptado” ante nuestros ojos por la memoria y una canción. "THE DEAD" es un film profundamente bello y triste, cuya emocionante perfección deriva de un estilo narrativo tan limpio como en apariencia sencillo.
      Un abrazo.

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  4. El canto del cisne del maestro. Otra lección de cine y, como dicen más arriba, una bofetada a los que le tachaban de machista o de misogino, entre otras lindezas que siempre han dicho de Ford (racista, etc.). Eso quiere decir que nunca entendieron su cine y, lo que es más importante, el espíritu de sus películas.
    Saludos.

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    1. En fin, debo insistir en mi respuesta a la intervención de Flor de santidad. En realidad, creo que aquellos que percibían su cine de manera tan incompleta y sesgada eran solo una facción compuesta por falsos intelectuales con una visión mediatizada por conceptos exógenos al específico cinematográfico. Ni caso.
      Un saludo.

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  5. Esta si la he visto. Me gusta mucho. Gran reseña, Teo.
    Un abrazo!

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    1. Hola, Éowyn. Me alegra que conozcas esta formidable película que clausuraba de manera emocionante la trayectoria de John Ford.
      Veo en tu blog que te tomas unas "vacaciones" por incompatibilidad de actividades. Mientras regresas, un abrazo.

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  6. Estoy de acuerdo en la continuidad de "Siete mujeres" con la obra de Ford (en esencia, su argumento es una nueva variación sobre "Bola de sebo", que también sirvió de base a "La diligencia"). Como en otras películas de su etapa final ("The wings of eagles", "Dos cabalgan juntos", "The horse soldiers"...), la renovación es menos temática que formal: el cansancio que apuntas y el creciente pesimismo del cineasta se traducen en una nueva libertad estética que hace a estas películas más vivas y abiertas en comparación con las de su periodo clásico (como ocurre también en la obra tardía de Beethoven, por poner un ejemplo lejano).

    http://navegandohaciamoonfleet.wordpress.com

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    1. Sí. Podría interpretarse que en esta película Ford hubiera decidido abrir puertas y ventanas de la "estancia fordiana" ventilándola, y tras deshacerse de buena parte del "mobiliario" que adornó y ambientó ese recinto, ahora, con el espacio más despejado y moviéndose con más ligereza, afrontara esa posible variante (que apuntas) del cuento de Maupassant. Por seguir con tu línea comparativa cine-música, existe también cierto paralelismo entre el Ford liberado de "SIETE MUJERES" y el transfigurado Bernard Herrmann de "TAXI DRIVER". Lo lamentable es que el giro renovador fuera biológicamente tardío para ambos.

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  7. Para mí una de las más grandes películas de Ford. Enlazo con el primer comentario para señalar que, en efecto, parece menos un final que un inicio, y un inicio doloroso, porque en esa dirección no pueder ir ya casi nadie y el cine americano (1965 es un año fronterizo) está mudando de piel, triste e irremisiblemente. Por otro lado, veo que no soy el único en advertir que se trata de una vuelta de tuerca (tal vez la definitiva)al genial relato de Maupassant, que recorre la historia del cine, pasando por las manos de Ford, Mizoguchi, King, Romm, Wise, Zhu, Christian-Jaque... casi siempre con magníficos resultados.

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    1. Es cierto. Esta película venía a ser de manera irremediable el canto del cisne para un anciano Ford que experimentaba esa transitoria "mejoría" que en algunas personas debilitadas precede a su muerte biológica. Pero, en efecto, también el cine americano, en ese año, dejándose influenciar (las más de las veces) de manera nefasta por las modas y nuevas corrientes que imponía el cine europeo (ahora mismo estoy pensando en el dañino, esteticista y horroroso cine de Claude Lelouch), decía adiós al clasicismo narrativo.

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