3 de diciembre de 2020

 "AGÁCHATE, MALDITO" (Giù la testa / Duck, you sucker)

(It-Esp-USA) Rafran Cinematografica / Euro International Film / San Marco / United Artists, 1970-71. 157 min. Color Techniscope.

Pr: Claudio Mancini, Fulvio Morcella y Ugo Tucci. G: Sergio Leone, Sergio Donati y Luciano Vincenzoni. Ft: Giuseppe Ruzzolini. Mt: Nino Baragli. DA: Andrea Crisanti. Vest: Franco Carretti. EE: Antonio Margherita. Ms: Ennio Morricone. Dr: Sergio Leone.

Int: Rod Steiger, James Coburn, Romolo Valli, Maria Monti, Rick Battaglia, David Warbeck, Vivianne Chandler, Jean-Michel Antoine, Franco Graziosi, Giulio Battiferri, Aldo Sambrell.

Juan Miranda (Rod Steiger) moviéndose en el turbulento escenario de la revolución.

Nuestro hombre Juan desata su resentimiento hacia la clase dominante en la encopetada figura de esta dama burguesa (Maria Monti).

La súbita aparición de John Mallory (James Coburn) en el camino de Juan.

El clan Miranda observando al misterioso desconocido.

Intercambio de opiniones a la hora de la pitanza.

Diferencia de opiniones en plena faena.

Discrepancias en el método.

SINOPSIS: En tiempos de la revolución, un campesino mexicano reconvertido en bandido y un errante irlandés, ex-militante del IRA experto en explosivos, traban amistad y unen sus fuerzas para sacar tajada de la situación. Pero, muy a su pesar, los motivos personales y los objetivos revolucionarios se irán entrelazando en sus peripecias y nuestros dos hombres acabarán convirtiéndose en héroes.

John Mallory, un irlandés con trastienda en medio de la revolución mexicana.

Juan empieza a simpatizar con su sobrevenido amigo John.

Mezclados en la revolución con fines bastardos: el asalto al Banco de Mesa Verde.

 Con una ametralladora, inmerso en el marco revolucionario, Juan comienza a evolucionar.

La especialidad de John es el manejo maestro de la dinamita.

Juan ya ha perdido la ingenuidad.

Una imagen retrospectiva en la que vemos a John en Irlanda con su amigo y la muchacha que comparten.

Con el fondo poco tranquilizador de las tropas federales acercándose, vemos a los dos protagonistas en pose promocional antes de entrar en acción.

COMENTARIO: Hasta cierto punto, decepcionante ejercicio que pretendió prolongar el discurso revisionista y alguno de los hallazgos que caracterizaron la muy notable "HASTA QUE LLEGÓ SU HORA" (Once Upon a Time in the West, 1968). Pero aquí, a diferencia de los anteriores westerns de Leone, ya no hay duelos singulares que resuelvan los conflictos ni botín compensatorio; aquí se nos ofrece una mirada escéptica sobre las utopías y los sueños de cambio. El realizador intenta rizar el rizo de algunas propuestas que ya aparecían camufladas en “EL BUENO, EL FEO Y EL MALO” (1966) y reflexiona con desencanto sobre la condición de las revoluciones (“la revolución es la confusión” —dice John). Las trayectorias divergentes del iletrado Juan (Rod Steiger) y el militante exiliado John (James Coburn) van aproximándose por un mutuo “aprendizaje” que los lleva a comprender la inutilidad de sus acciones (uno queda desposeído de todo, incluso de su familia; el otro salda el trauma que arrastra con la inmolación). Sin embargo, todo viene a resultar pretencioso, efectista y vacuo, si bien en algunos momentos surgen chispas aisladas de imaginativa perversidad, típicas de Leone.

NOTAS: Sergio Leone no tenía intención de dirigir este western. Solo deseaba producirlo y en un principio tuvo la ocurrencia de ofrecer la dirección a Peter Bogdanovich (!) que rechazó la oferta pues estaba inmerso en el rodaje de "THE LAST PICTURE SHOW". Posteriormente lo intentó con Sam Peckinpah pero tampoco se llegó a un acuerdo. En cuanto a los problemas de reparto, el personaje de Juan (con claras concomitancias con el Tuco de "EL BUENO, EL FEO Y EL MALO") le fue propuesto (¡claro!) a Eli Wallach que no pudo hacerlo por problemas de agenda. Clint Eastwood también fue tentado por Leone para el personaje de John, pero el protagonista de la "trilogía del dólar" consideró que este personaje no le aportaba nada diferente a los interpretados a las órdenes del italiano.

7 de noviembre de 2020

"EL EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO" (Il Vangelo secondo Matteo)

(It-Fr) Arco Film / Lux CCF, 1963-64. 138 min. BN.

Pr: Alfredo Bini. Ft: Tonino Delli Colli. Mt: Nino Baragli. DA: Luigi Scaccianoce. Vest: Danilo Donati. Ms: Bach, Mozart, Prokofiev, Webern y Luis E. Bacalov. G y Dr: Pier Paolo Pasolini.

Int: Enrique Irazoqui, Margherita Caruso, Marcello Morante, Susanna Pasolini, Settimio Di Porto, Rodolfo Wilcock, Rossana Di Rocco, Alessandro Tasca, Alfonso Gatto, Ninetto Davoli.

La joven María (Margherita Caruso) ajena a lo que se le viene encima.

El Ángel (Rossana Di Rocco) anunciador de un embarazo  milagroso.

María mostrando su avanzado estado de gestación.

El carpintero José (Marcello Morante) contempla desconcertado a su joven esposa.

María, madre de un bebé llamado Jesús.

Herodías (Franca Cupante) y Salomé (Paola Tedesco), su hija adolescente.

SINOPSIS:
Episodios en la vida de Jesús de Nazaret, a partir de la versión dada en el Evangelio escrito por (San) Mateo.

Jesús (Enrique Irazoqui) comienza su vida pública.

A los escribas y sacerdotes no les gusta la "competencia".

...y enseñan los dientes.

Jesús, consciente de su misión en la tierra, deambulando entre gestes del pueblo. 

Jesús ya tiene discípulos que le siguen.

Juzgado y condenado, Jesús porta la cruz camino del Gólgota.

Una envejecida María (Susanna Pasolini), madre de Jesús, sufre al ver cómo crucifican a su hijo.

El Cristo crucificado.

COMENTARIO:
Esta controvertida película fue la que dió a conocer a Pier Paolo Pasolini fuera de las fronteras del cine italiano. Se trata de una obra –y utilizamos las palabras de su autor– “desagradable y terrible, en muchos momentos ambigua y desconcertante, especialmente en lo que a la figura de Cristo se refiere”. Lo cierto –y curioso– es que el autor de “ACCATONE” afrontó este asunto desde su condición de marxista y ateo pero al mismo tiempo sin poder evitar una cierta atávica fascinación por los aspectos “sagrados” del personaje e historia que afrontaba (rotundamente rechazado en el plano consciente). De esta dicotomía surgió una película que casi resulta un collage estilístico (Pasolini descartó ideas de estilo preconcebidas y optó por filmar cada escena de la manera más adecuada a sus pretensiones), rehuyendo siempre, eso sí, la estética de estampita que siempre pareció preceptivo a la hora de filmar temas bíblicos. El Cristo incorporado por el espa­ñol Enrique Irazoqui, voluntariamente desposeído en pantalla de su divinidad, nos es dado a través de una visión “realista”, a nuestra imagen y semejanza, con defectos humanos (no llega a resultar muy simpático y sí más bien tocado por la impaciencia y, en ocasiones, una comprensible cólera) que le hacen más cercano. Esto tiene, en algunos momentos, un efecto contundente en el espectador.

18 de julio de 2020

"POR UN PUÑADO DE DÓLARES" (Per un pugno di dollari)
(It-Esp-Al) Jolly / Ocean / Constantin, 1964. 100 min. Color. Techniscope.
Pr: Arrigo Colombo y Giorgio Papi. G: Víctor Andrés Catena, Jaime Comas, Sergio Leone, Duccio Tessari, Adriano Bolzoni, Fernando di Leo, Mark Lowell (y aportaciones de Clint Eastwood). Ft: Massimo Dallamano y Federico G. Larraya. Mt: Roberto Cinquini. DA: Carlo Simi y Sigfrido Burmann. Vest: Carlo Simi. Son: Elio Pacella. Ms: Ennio Morricone. Dr: Sergio Leone.
Int: Clint Eastwood, Gian Maria Volonté, Marianne Koch, José Calvo, Antonio Prieto, Margarita Lozano, Mario Brega, Josef Egger, Daniel Martin, Sieghart Rupp, Wolfgang Lukschy, Panos Papadopoulos, Aldo Sanbrell, Nino del Arco, Benito Stefanelli, Raf Baldassarre, Álvaro de Luna, Antonio Molino rojo, Lorenzo Robledo.
Un jinete solitario (Clint Eastwood) surgido del desierto ha llegado al lugar adecuado.
En primer término, el picado rostro del patriarca de los Rojo (Antonio Prieto).
El Hombre sin nombre ha entrado en el pueblo de San Miguel y observa.
Aquí tenemos a Ramón (Gian Maria Volonté), el gallito del clan de los Rojo, calibrando los pros y los contras de contratar los servicios del pistolero recién llegado. 
Nuestro sobrevenido antihéroe, tras la primera demostración de su expeditiva eficacia con el revólver, juega calladamente con dos barajas.
El rostro lloroso de la sometida Marisol (Marianne Koch) denota la terrible situación por la que pasa ella y su familia.
El Hombre sin nombre y Marisol, una mujer que desea recuperar su vida y su familia.
Sopesando las posibilidades de una situación muy complicada.
Una imagen que se ha vuelto icónica.
SINOPSIS:
Un solitario jinete recién llegado a una ciudad fronteriza y tras cerciorarse de la situación reinante en ese lugar, ofrece sus servicios como pistolero alternativa­mente a dos familias rivales que luchan sangrientamente por la supremacía. A nuestro hombre no le importará azuzar los enfrentamientos en beneficio propio.
Ramón Rojo ha descubierto el doble juego del Hombre sin nombre.
Secuestrada y chantajeada desde hace tiempo por Ramón, la pobre Marisol se ha visto obligada a ser su juguete sexual.
Un primer plano de nuestro hombre.
Ramón, su hermano mayor Benito y Rubio (Benito Stefanelli), un secuaz de ellos.
Silvanito (José Calvo) es el único amigo que el Hombre sin nombre tiene en ese lugar.
En el clan de los Baxter, Consuelo (Margarita Lozano) es la enérgica matriarca que trata de imponerse inútilmente al poder de los Rojo.
Estos son los efectos de una brutal paliza tras ser descubierto en su doble juego.
Ramón Rojo cree enfrentarse a un fantasma cuando tiene delante al Hombre sin nombre "invulnerable" a las balas de su rifle.
Dominando la situación, o eso parece.
COMENTARIO:
Allá por 1963, Sergio Leone acariciaba el deseo de rodar un western y en su empeño logró convencer a los productores Arrigo Colombo y Giorgio Papi para invertir en el proyecto. El presupuesto que le concedieron era muy escaso y su sueño de contar con Henry Fonda para el protagonista se vino abajo e incluso el segundo en la lista, James Coburn, que entonces aún no era una estrella. resultaba demasiado caro. En su búsqueda de un sustituto accesible, acabó eligiendo a Clint Eastwood, un oscuro actor americano (sacado de la serie televisiva “RAWHIDE”). Con un rodaje previsto para siete semanas en los alrededores de Madrid y en tierras almerien­ses, Leone construyó un guión (en el que intervino mucha gente) que venía a ser un inconfeso remake de "YOJIMBO" (Akira Kurosawa, 1961) película que ya presentaba un formato cercano al western, que a su vez venía claramente inspirada por la novela “Cosecha roja” de Dashiell Hammett. Eso, por no remontarnos  al “Arlequín, servidor de dos amos” de Goldoni.
El resulta­do de la operación fue una electrizante “reinvención” del western clásico y toda su imaginería (que muchos puristas no encajaron bien en su día), reventando concepciones establecidas en el género. Así, el Hombre sin nombre (Eastwood), ese lacónico jinete que llega a San Miguel, poblacho fronterizo con México, es la antítesis del Shane de “RAÍCES PROFUNDAS”. Él, llegado a ese lugar, a diferencia del icónico pistolero del western de Stevens, no se inclina en favor de los débiles ante el abuso de los brutales, más bien estudia la situación y busca friamente la manera de sacar partido. Solo al final decide ayudar a Marisol (Marianne Koch), esclava sexual del despiadado Ramón (Gian Maria Volonté), y la devuelve a su ultrajado marido y su hijo facilitándoles la huida de ese lugar infernal. A este respecto, resulta revelador que nuestro Hombre sin nombre se sienta incómodo consigo mismo por ese fortuito brote suyo de nobleza.
En la rupturista “POR UN PUÑADO DE DÓLARES” el tratamiento de la violencia se enfatiza y ritualiza (prolongados castigos corporales, risotadas estentóreas de quienes los infligen, composiciones en primerísimos planos de rostros sudorosos y patibularios, regodeo en la mostración de heridas) y supuso en su época un elemento más de distorsión de las reglas narrativas instauradas en nuestra jurisprudencia de espectadores (digamos que en los westerns americanos anteriores, la exposición de estallidos violentos resultaba más “higiénica”, no por ello menos impactante). Esta fórmula leoniana, entre otras consecuencias, daría carta de naturaleza a todos los spaghetti-westerns que se rodaron en años sucesivos. En cualquier caso, lamentablemente, la enorme repercusión comercial de la película que nos ocupa propiciaría (dejando aparte la excelente secuela "LA MUERTE TENÍA UN PRECIO" y su ampliación en “EL BUENO, EL FEO Y EL MALO”) el advenimiento de una plaga de subproductos deleznables que degradarían los elementos clásicos del western e incluso los inventados por Leone hasta límites demenciales, siempre en las ineptas (o aún peor, pretenciosas) manos de mercenarios imitadores.

20 de abril de 2020

CAROL
(USA-GB) The Weinstein Company / Number 9 Films / Killer / Studio Canal, 2015. 118 min. Color.
Pr: Elizabeth Karlsen, Christine Vachon y Stephen Wooley. Pr Ej: Cate Blanchet, Dorothy Berwin, Bob & Harvey Weinstein, Andrew Upton y Robert Jolliffe. G: Phyllis Nagy, basado en la novela de Patricia Highsmith. Ft: Edward Lachman. Mt: Affonso Gonçalves. DP: Judy Becker. Vest: Sandy Powell. Ms: Carter Burwell. Dr: Todd Haynes.
Int: Cate Blanchet, Rooney Mara, Kyle Chandler, Sarah Paulson, Jake Lacy, John Magaro, Cory Michael Smith, Kevin Crowley, Nik Pagic, Carrie Brownstein. Amy Warner.
Carol (Cate Blanchet) conoce a Therese (Rooney Mara) en horas de trabajo.
Primer encuentro fuera de horas lectivas.
Carol tiene un marido al que no ama y una hijita que la ata a él.
Un momento en el juego de seducción de Carol sobre Therese.
Para Therese, la relación iniciada con Carol es un descubrimiento que la llena de dudas.
Carol, una mujer que ha de sopesar lo que gana y lo que puede perder con esa relación prohibida.
Es Navidad  y su hijita espera un regalo. Comprando ese tren eléctrico fue como conoció a Therese.
SINOPSIS: En Nueva York, en 1951, dos mujeres de diferente extracción social, la joven dependienta de unos grandes almacenes con aspiraciones de fotógrafa y una elegante y sofisticada mujer perteneciente a la élite social atravesando la crisis de un matrimonio sin amor, se conocen en vísperas de navidad y entablan una amistad que desembocará en una relación lésbica que complicará dramáticamente sus vidas.
Therese trabaja como dependienta en unos almacenes pero espera llegar a ser una buena fotógrafa.
Los problemas de una doble vida.
Enamoradas, parece no importarles las repercusiones de su relación.
Superando barreras.
Dando rienda suelta a su pasión amorosa. En esos momentos el mundo exterior no existe para ellas.
En el discreto hotel donde se alojan entablan conversación con un individuo que más tarde se descubrirá como un detective privado contratado por el esposo de Carol.
Chantajeada por su esposo y las leyes vigentes, Carol tendrá que elegir entre romper esa relación lésbica y regresar al hogar, o ser apartada de su hija. Era inevitable.
COMENTARIO: Hoy en día, con tanto camino andado y excepticismo acumulado, son pocas las ocasiones que, dentro de una sala de cine, puedan hacerme sentir arrebatado desde la pantalla. Me ocurrió hace unos años cuando fui a ver la entonces última realización de Todd Haynes, una historia de amor lésbico ambientada en el Nueva York de mediados del siglo pasado (periodo por el que este realizador parece sentir una especial atracción).
Superando sus dos soberbios trabajos anteriores, “LEJOS DEL CIELO” y “MILDRED PIERCE” (entono un mea culpa por no haber podido ver aún su último film estrenado, "AGUAS OSCURAS"), estamos ahora ante una obra que alcanza la perfección, una maravillosa película que sabe plasmar con hermosas y estudiadas imágenes cargadas de sutileza, elegancia y subterráneos contenidos, una historia que engarza con aquellos “melodramas de mujeres” que nos servía el Hollywood de los años treinta y cuarenta y que más tarde, en los cincuenta, supo resucitar y sublimar Douglas Sirk en sus últimos trabajos, antes de abandonar América.
Esta película invoca más que evoca la esencia de aquel cine y lo hace con un exquisito refinamiento a través de una cámara plácida pero muy atenta a unos personajes dibujados con multiplicidad de trazos que solo se hacen perceptibles y se nos revelan merced al oro puro que el director ha sabido extraer de las dos actrices protagonistas, especialmente de una esplendorosa Kate Blanchet cuya gama de matices (miradas, pequeños ademanes, movimientos de sus manos, el juego de su cuerpo desplazándose y envolviendo, su voz grave y tenue) confiere a esa mujer de la clase alta, Carol Aird, una seductora complejidad que me remite (creo no exagerar) a algunas sublimes composiciones de Greta Garbo o Marlene Dietrich (papel por el que la “divina” sueca y la mítica berlinesa hubieran matado hace setenta años). Por supuesto, mi fascinación por el trabajo de la Blanchet no menoscaba, como decía, la sensible y matizadísima composición de Rooney Mara, cuyo aspecto en esta película es una agradable conjunción entre Jean Simmons y Audrey Hepburn.