7 de noviembre de 2020

"EL EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO" (Il Vangelo secondo Matteo)

(It-Fr) Arco Film / Lux CCF, 1963-64. 138 min. BN.

Pr: Alfredo Bini. Ft: Tonino Delli Colli. Mt: Nino Baragli. DA: Luigi Scaccianoce. Vest: Danilo Donati. Ms: Bach, Mozart, Prokofiev, Webern y Luis E. Bacalov. G y Dr: Pier Paolo Pasolini.

Int: Enrique Irazoqui, Margherita Caruso, Marcello Morante, Susanna Pasolini, Settimio Di Porto, Rodolfo Wilcock, Rossana Di Rocco, Alessandro Tasca, Alfonso Gatto, Ninetto Davoli.

La joven María (Margherita Caruso) ajena a lo que se le viene encima.

El Ángel (Rossana Di Rocco) anunciador de un embarazo  milagroso.

María mostrando su avanzado estado de gestación.

El carpintero José (Marcello Morante) contempla desconcertado a su joven esposa.

María, madre de un bebé llamado Jesús.

Herodías (Franca Cupante) y Salomé (Paola Tedesco), su hija adolescente.

SINOPSIS:
Episodios en la vida de Jesús de Nazaret, a partir de la versión dada en el Evangelio escrito por (San) Mateo.

Jesús (Enrique Irazoqui) comienza su vida pública.

A los escribas y sacerdotes no les gusta la "competencia".

...y enseñan los dientes.

Jesús, consciente de su misión en la tierra, deambulando entre gestes del pueblo. 

Jesús ya tiene discípulos que le siguen.

Juzgado y condenado, Jesús porta la cruz camino del Gólgota.

Una envejecida María (Susanna Pasolini), madre de Jesús, sufre al ver cómo crucifican a su hijo.

El Cristo crucificado.

COMENTARIO:
Esta controvertida película fue la que dió a conocer a Pier Paolo Pasolini fuera de las fronteras del cine italiano. Se trata de una obra –y utilizamos las palabras de su autor– “desagradable y terrible, en muchos momentos ambigua y desconcertante, especialmente en lo que a la figura de Cristo se refiere”. Lo cierto –y curioso– es que el autor de “ACCATONE” afrontó este asunto desde su condición de marxista y ateo pero al mismo tiempo sin poder evitar una cierta atávica fascinación por los aspectos “sagrados” del personaje e historia que afrontaba (rotundamente rechazado en el plano consciente). De esta dicotomía surgió una película que casi resulta un collage estilístico (Pasolini descartó ideas de estilo preconcebidas y optó por filmar cada escena de la manera más adecuada a sus pretensiones), rehuyendo siempre, eso sí, la estética de estampita que siempre pareció preceptivo a la hora de filmar temas bíblicos. El Cristo incorporado por el espa­ñol Enrique Irazoqui, voluntariamente desposeído en pantalla de su divinidad, nos es dado a través de una visión “realista”, a nuestra imagen y semejanza, con defectos humanos (no llega a resultar muy simpático y sí más bien tocado por la impaciencia y, en ocasiones, una comprensible cólera) que le hacen más cercano. Esto tiene, en algunos momentos, un efecto contundente en el espectador.