23 de marzo de 2017

LA JAURÍA HUMANA (The Chase)
(USA) Horizon / Columbia / Lone Star, 1965. 135 min. Color. Panavision.
Pr: Sam Spiegel. G: Lilliam Hellman, basado en la novela de Horton Foote. Ft: Joseph La Shelle y Robert Surtees. DP: Richard Day. Vest: Donald Feld. Ms: John Barry. Mt: Gene Milford. Dr: Arthur Penn.
Int: Marlon Brando, Jane Fonda, Robert Redford, Angie Dickinson, E.G. Marshall, James Fox, Janice Rule, Miriam Hopkins, Martha Hyer, Robert Duvall, Richard Bradford, Henry Hull, Jocelyn Brando, Steve Inhat, Diana Hyland, Katherine Walsh, Bruce Cabot, Paul Williams, Clifton James, Malcolm Atterbury, Joel Fluellen, Lori Martin.
Este es el sheriff Calder (Marlon Brando) al que se le avecinan grandes problemas.
Anna Reeves (Jane Fonda) ahora tiene motivos para estar preocupada.
Charlie Reeves (Robert Redford) ha escapado de prisión y se dirige a su ciudad natal.
Jake Rogers (James Fox) es el heredero de las industrias Rogers y es el amante de Anna.
Jake y Anna tienen buenas razones para no hacer público su romance.
La noticia de la evasión de Charlie Reeves pone en guardia al sheriff Calder.
Edwin Stewart (Robert Duvall) es un apocado empleado de banca, anulado y humillado por su esposa.
Esta es Emily, la insatisfecha y casquivana esposa de Edwin, buscando
estímulos fuera de casa.
Conocedor a fondo de la idiosincrasia de los habitantes de esa pequeña ciudad,
el prudente sheriff Calder utiliza la diplomacia mientras le es posible.
Ruby (Angie Dickinson) es la esposa del sheriff. Constituyen un matrimonio bien avenido pero, no obstante, ella tiene algunas cosas que recriminar a su marido.
Anna está escindida. Mientras su marido ha estado encarcelado se enamoró de Jake Rogers. Pero ahora, sabiendo que está huido y en las cercanías de la ciudad piensa que le debe cierta lealtad.
SINOPSIS: Un hombre que ha escapado de prisión, en su desesperada huída regresa a su ciudad natal en Texas. Este acontecimiento llega a oídos de los habitantes del lugar lo que provocará una conmoción que culmina en un estallido de violencia colectiva cuando muchos de ellos, borrachos, emprenden contra él una auténtica cacería como un estímulo extra en la juerga de ese sábado por la noche. Solo el sheriff, hombre sensato y cabal, intentará calmar los ánimos y evitar un linchamiento.
Una pareja consolidada a la que se le viene encima un montón de problemas.
Val Rogers (E.G. Marshall) es dueño del banco y de la fábrica  que da trabajo
a buena parte de los habitantes de la ciudad.
En la fiesta que da el millonario Val Rogers están invitados algunos de sus amigos
y subordinados. Naturalmente, también el sheriff y su esposa.
Otra fiesta menos pomposa pero más desenfrenada en la que Emily, pasada de
copas, monta su habitual numerito.
Emily, ante la inoperancia de su marido, coquetea con Damon Fuller (Richard Bradford).
La angustiada madre (Miriam Hopkins) del fugado Charlie Reeves pide ayuda al
sheriff Calder, temerosa de la suerte que pueda correr su hijo.
Calder escuchando pacientemente los lastimosos balbuceos del cornudo Edwin.
Ahora es Ruby quien escucha a la madre de Charlie, pero acaba no gustándole la insinuación de esa señora respecto al vasallaje de su marido el sheriff para con los intereses de Val Rogers.
Problemas entre padre e hijo cuando éste le confiesa ciertas cuestiones que ignoraba.
Este es Briggs (Henry Hull) el chismoso oficial de la ciudad.
Aquí tenemos a Briggs, en pleno ejercicio de sus facultades, "informando" a Edwin
sobre cuestiones maritales.
El sheriff Calder es abordado y agredido en su despacho por un grupo de ciudadanos borrachos que desean "interrogar" al pobre Lester, un hombre de color que se ha refugiado en el calabozo buscando amparo.
La tremenda paliza que recibe el íntegro sheriff Calder le deja maltrecho y ensangrentado.
Es sábado por la noche. Finalmente Charlie es localizado por una multitud enfebrecida y borracha.
Calder maltrecho por efecto de los golpes, aún reúne fuerzas y voluntad
para intentar impedir el linchamiento de Charlie.
 
Finalmente, el sheriff consigue rescatar a Charlie Reeves de la turba y escoltarle
hasta su despacho. Pero...
COMENTARIO: En su momento, nos sorprendió a todos que un director independiente con tan solo tres pequeñas películas en blanco y negro en su haber, “EL ZURDO”, “EL MILAGRO DE ANA SULLIVAN” y “MICKEY ONE” (esta última, puramente experimental), en su cuarto trabajo diera el salto a una gran producción avalada por la industria hollywoodense y con toda la maquinaria necesaria para poner en pie con garantías la historia que se contaba (guionista de prestigio, grandes medios, reparto espectacular). Si a ello añadimos que el año anterior había sido despedido por Burt Lancaster de la dirección de “EL TREN” en beneficio de John Frankenheimer, la extrañeza de verle al frente de la película que ahora nos ocupa fue aún mayor. Aunque el rodaje, eso sí, estuvo jalonado de desencuentros y dificultades, el resultado final, contra todo pronóstico, fue asombrosamente positivo.
Tras un minucioso recorrido –que abarca toda la primera parte de la película– durante el que los personajes principales van desvelándose gradualmente y con ellos los conflictos que arrastran, “LA JAURÍA HUMANA” deviene en un implacable retrato de una sociedad corrupta cuyo sistema de valores basado en el poder y la falsa respetabilidad que proporciona el dinero, esconde frus­traciones, alcoholismo, sexo reprimido, resentimientos, dependencias y una dosis acumulada de violencia latente que tras una quebradiza capa de “civilización” y convivencia pugna por entrar en erupción (incluyamos también el racismo y el fascismo entrando en juego). La excusa, el detonante, es la situación de excepción creada en esa pequeña ciudad por la presencia del presidiario escapado. A partir de ahí, el retrato resulta inmisericorde.
Previsiblemente, el film, de inusitada dureza y sequedad narrativa, incomodó bastante y no fue bien recibido por el público estadounidense (de manera muy especial en los Estados del Sur). Pero por encima de ese visceral rechazo de quien no quiere reconocerse frente al espejo estamos ante una gran obra, un excelente ejemplo de cine social muy crítico, que contó, además, con un acertadísimo casting y una soberbia dirección de actores entre los que destacaría al siempre electrizante Marlon Brando y las estimulantes composiciones de nuestra admirada Angie Dickinson y de Janice Rule (¡qué descubrimiento el de esta actriz a la que hasta entonces no habíamos prestado mucha atención!).