18 de julio de 2020

"POR UN PUÑADO DE DÓLARES" (Per un pugno di dollari)
(It-Esp-Al) Jolly / Ocean / Constantin, 1964. 100 min. Color. Techniscope.
Pr: Arrigo Colombo y Giorgio Papi. G: Víctor Andrés Catena, Jaime Comas, Sergio Leone, Duccio Tessari, Adriano Bolzoni, Fernando di Leo, Mark Lowell (y aportaciones de Clint Eastwood). Ft: Massimo Dallamano y Federico G. Larraya. Mt: Roberto Cinquini. DA: Carlo Simi y Sigfrido Burmann. Vest: Carlo Simi. Son: Elio Pacella. Ms: Ennio Morricone. Dr: Sergio Leone.
Int: Clint Eastwood, Gian Maria Volonté, Marianne Koch, José Calvo, Antonio Prieto, Margarita Lozano, Mario Brega, Josef Egger, Daniel Martin, Sieghart Rupp, Wolfgang Lukschy, Panos Papadopoulos, Aldo Sanbrell, Nino del Arco, Benito Stefanelli, Raf Baldassarre, Álvaro de Luna, Antonio Molino rojo, Lorenzo Robledo.
Un jinete solitario (Clint Eastwood) surgido del desierto ha llegado al lugar adecuado.
En primer término, el picado rostro del patriarca de los Rojo (Antonio Prieto).
El Hombre sin nombre ha entrado en el pueblo de San Miguel y observa.
Aquí tenemos a Ramón (Gian Maria Volonté), el gallito del clan de los Rojo, calibrando los pros y los contras de contratar los servicios del pistolero recién llegado. 
Nuestro sobrevenido antihéroe, tras la primera demostración de su expeditiva eficacia con el revólver, juega calladamente con dos barajas.
El rostro lloroso de la sometida Marisol (Marianne Koch) denota la terrible situación por la que pasa ella y su familia.
El Hombre sin nombre y Marisol, una mujer que desea recuperar su vida y su familia.
Sopesando las posibilidades de una situación muy complicada.
Una imagen que se ha vuelto icónica.
SINOPSIS:
Un solitario jinete recién llegado a una ciudad fronteriza y tras cerciorarse de la situación reinante en ese lugar, ofrece sus servicios como pistolero alternativa­mente a dos familias rivales que luchan sangrientamente por la supremacía. A nuestro hombre no le importará azuzar los enfrentamientos en beneficio propio.
Ramón Rojo ha descubierto el doble juego del Hombre sin nombre.
Secuestrada y chantajeada desde hace tiempo por Ramón, la pobre Marisol se ha visto obligada a ser su juguete sexual.
Un primer plano de nuestro hombre.
Ramón, su hermano mayor Benito y Rubio (Benito Stefanelli), un secuaz de ellos.
Silvanito (José Calvo) es el único amigo que el Hombre sin nombre tiene en ese lugar.
En el clan de los Baxter, Consuelo (Margarita Lozano) es la enérgica matriarca que trata de imponerse inútilmente al poder de los Rojo.
Estos son los efectos de una brutal paliza tras ser descubierto en su doble juego.
Ramón Rojo cree enfrentarse a un fantasma cuando tiene delante al Hombre sin nombre "invulnerable" a las balas de su rifle.
Dominando la situación, o eso parece.
COMENTARIO:
Allá por 1963, Sergio Leone acariciaba el deseo de rodar un western y en su empeño logró convencer a los productores Arrigo Colombo y Giorgio Papi para invertir en el proyecto. El presupuesto que le concedieron era muy escaso y su sueño de contar con Henry Fonda para el protagonista se vino abajo e incluso el segundo en la lista, James Coburn, que entonces aún no era una estrella. resultaba demasiado caro. En su búsqueda de un sustituto accesible, acabó eligiendo a Clint Eastwood, un oscuro actor americano (sacado de la serie televisiva “RAWHIDE”). Con un rodaje previsto para siete semanas en los alrededores de Madrid y en tierras almerien­ses, Leone construyó un guión (en el que intervino mucha gente) que venía a ser un inconfeso remake de "YOJIMBO" (Akira Kurosawa, 1961) película que ya presentaba un formato cercano al western, que a su vez venía claramente inspirada por la novela “Cosecha roja” de Dashiell Hammett. Eso, por no remontarnos  al “Arlequín, servidor de dos amos” de Goldoni.
El resulta­do de la operación fue una electrizante “reinvención” del western clásico y toda su imaginería (que muchos puristas no encajaron bien en su día), reventando concepciones establecidas en el género. Así, el Hombre sin nombre (Eastwood), ese lacónico jinete que llega a San Miguel, poblacho fronterizo con México, es la antítesis del Shane de “RAÍCES PROFUNDAS”. Él, llegado a ese lugar, a diferencia del icónico pistolero del western de Stevens, no se inclina en favor de los débiles ante el abuso de los brutales, más bien estudia la situación y busca friamente la manera de sacar partido. Solo al final decide ayudar a Marisol (Marianne Koch), esclava sexual del despiadado Ramón (Gian Maria Volonté), y la devuelve a su ultrajado marido y su hijo facilitándoles la huida de ese lugar infernal. A este respecto, resulta revelador que nuestro Hombre sin nombre se sienta incómodo consigo mismo por ese fortuito brote suyo de nobleza.
En la rupturista “POR UN PUÑADO DE DÓLARES” el tratamiento de la violencia se enfatiza y ritualiza (prolongados castigos corporales, risotadas estentóreas de quienes los infligen, composiciones en primerísimos planos de rostros sudorosos y patibularios, regodeo en la mostración de heridas) y supuso en su época un elemento más de distorsión de las reglas narrativas instauradas en nuestra jurisprudencia de espectadores (digamos que en los westerns americanos anteriores, la exposición de estallidos violentos resultaba más “higiénica”, no por ello menos impactante). Esta fórmula leoniana, entre otras consecuencias, daría carta de naturaleza a todos los spaghetti-westerns que se rodaron en años sucesivos. En cualquier caso, lamentablemente, la enorme repercusión comercial de la película que nos ocupa propiciaría (dejando aparte la excelente secuela "LA MUERTE TENÍA UN PRECIO" y su ampliación en “EL BUENO, EL FEO Y EL MALO”) el advenimiento de una plaga de subproductos deleznables que degradarían los elementos clásicos del western e incluso los inventados por Leone hasta límites demenciales, siempre en las ineptas (o aún peor, pretenciosas) manos de mercenarios imitadores.

4 comentarios:

  1. Tuve la suerte de ver una copia restaurada hace unos años en un cine de Madrid y caí rendido ante su grandeza. "La muerte tenía un precio", como dices, es una secuela excelente, pero "El bueno, el feo y el malo", con sus aciertos, es ya más irregular.

    Un abrazo.

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    1. Hola, Gonzalo. De la trilogía, sin duda esta es la mejor estructurada. Si la analizamos y medimos con "instrumentos de precisión", su diseño parece concebido por un geómetra.
      Un abrazo.

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  2. Muy de acuerdo con tu comentario, aunque personalmente estoy lejos de admirar la película, de la que solo me interesa Marianne Koch. Respecto a que lo apuntas en el segundo párrafo sobre la "fría" táctica empleada por el personaje (Eastwood repetiría el planteamiento en "High Plains Drifter") explicaría por qué estás películas han perdurado y cautivan tanto a la mentalidad moderna, rebosante de autocomplacencia y cinismo. (Todo lo contrario que "Shane", que ya solo preferimos unos pocos, quizá porque aún pertenece a la "edad de la inocencia".) Aceptando la premisa de Leone, sigo creyendo que, con todos sus defectos, "La muerte tenía un precio" es la mejor de la trilogía.

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    1. Simplificando, la tuya es una plausible explicación de la perdurabilidad -o vigencia- de los western que forman la llamada "trilogía del dólar". De acuerdo también en considerar "LA MUERTE TENÍA UN PRECIO" como el mejor de los tres por su perfecta estructuración narrativa y la intensidad emocional de algunos momentos.
      Un saludo.

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