12 de abril de 2021

 TIEMPO DE AMAR, TIEMPO DE MORIR (A Time to Love and a Time to Die) 

(USA) Universal, 1958. 132 min. Color. CinemaScope.

Pr: Robert Arthur. G: Orin Jannings, basado en la novela de Erich Maria Remarque. Ft: Russell Metty. Mt: Ted J. Kent. DA: Alexander Golitzen y Alfred Sweeney. Vest: Bill Thomas. Ms: Miklos Rozsa. Dr: Douglas Sirk.

Int: John Gavin, Liselotte Pulver, Jock Mahoney, Keenan Wynn, Don DeFore, Thayer David, Erich Maria Remarque, Dieter Borsche, Jim Hutton, Barbara Rütting, Dorothea Wieck, Klaus Kinski, Agnes Windeck, Charles Regnier, Clancy Cooper.

Los soldados Graeber (John Gavin) y Hirschland (Jim Hutton) soportando las duras condiciones del frente ruso.

Las indagaciones de Graeber en busca de su familia le llevan a visitar a su viejo profesor Pohlmann (Erich Maria Remarque).

El animoso soldado convaleciente Reuter (Keenan Wynn) aleccionando a sus compañeros de enfermería sobre los beneficios de una buena alimentación, refiriéndose a las mujeres.

El desalmado Oscar Binding (Thayer David) agasajando a su antiguo amigo Graeber y haciendo ostentación ante él de su ventajosa "carrera" en retaguardia.

Sobreviviendo en una ciudad semidestruida, Elizabeth (Liselotte Oulver), sufre con resignación las estrecheces de una guerra en sus últimos estertores.

SINOPSIS: Durante la II Guerra Mundial, un soldado alemán en el frente ruso consigue por fin un permiso y regresa a casa. Pero se encuentra con su ciudad destruida por los bombardeos y su familia desaparecida. Mientras recaba noticias tratando de localizar a los suyos, conoce a una muchacha solitaria de la que se enamora y con la que vivirá un intenso romance. Antes de finalizar su permiso, se casan. Sin embargo, él hallará la muerte cuando regresa al frente.

Un ilusionado Graeber acaba de conocer a Elizabeth y durante sus días de permiso iniciará con la muchacha una relación romántica. 

En su habitación, podemos contemplar el rostro apesadumbrado de Elizabeth mientras es bañado por el suave reflejo de la luna a través de la ventana.

Un momento en que Graeber, a juzgar por su expresión, parece recibir malas noticias.

La pareja vive un efímero paréntesis de felicidad con la inevitable fecha de caducidad impuesta por las terribles circunstancias.

Una imagen bucólica de los enamorados viviendo su historia, ajenos a la realidad.

La tristeza luchando con la esperanza, a la hora de decir adiós.

COMENTARIO: La penúltima realización de Douglas Sirk (se despedía del cine al año siguiente con la maravillosa "IMITACIÓN A LA VIDA") desarrollaba a partir de una novela del autor de "Sin novedad en el frente", un melodrama intensamente romántico, recortado sobre el marco terrible y desolador de una Alemania destruída, habitada por el miedo y la muerte, soldados desmoralizados, sonámbulos sin hogar, perseguidos ocultos y carroñeros de retaguardia. Lógicamente, por encima de la historia de la pareja protagonista, dos seres víctimas de la crueldad sin sentido de la guerra dándose calor en medio de los escombros, flota el mensaje antibelicista, efectivo, sobre todo, en ese doloroso desenlace. La admirable, depurada narrativa de Sirk consiguió una obra que si no llega a alcanzar la absoluta perfección y redondez de su siguiente trabajo, contiene, sin embargo, imágenes y momentos capaces de ponernos un nudo en la garganta.

3 de diciembre de 2020

 "AGÁCHATE, MALDITO" (Giù la testa / Duck, you sucker)

(It-Esp-USA) Rafran Cinematografica / Euro International Film / San Marco / United Artists, 1970-71. 157 min. Color Techniscope.

Pr: Claudio Mancini, Fulvio Morcella y Ugo Tucci. G: Sergio Leone, Sergio Donati y Luciano Vincenzoni. Ft: Giuseppe Ruzzolini. Mt: Nino Baragli. DA: Andrea Crisanti. Vest: Franco Carretti. EE: Antonio Margherita. Ms: Ennio Morricone. Dr: Sergio Leone.

Int: Rod Steiger, James Coburn, Romolo Valli, Maria Monti, Rick Battaglia, David Warbeck, Vivianne Chandler, Jean-Michel Antoine, Franco Graziosi, Giulio Battiferri, Aldo Sambrell.

Juan Miranda (Rod Steiger) moviéndose en el turbulento escenario de la revolución.

Nuestro hombre Juan desata su resentimiento hacia la clase dominante en la encopetada figura de esta dama burguesa (Maria Monti).

La súbita aparición de John Mallory (James Coburn) en el camino de Juan.

El clan Miranda observando al misterioso desconocido.

Intercambio de opiniones a la hora de la pitanza.

Diferencia de opiniones en plena faena.

Discrepancias en el método.

SINOPSIS: En tiempos de la revolución, un campesino mexicano reconvertido en bandido y un errante irlandés, ex-militante del IRA experto en explosivos, traban amistad y unen sus fuerzas para sacar tajada de la situación. Pero, muy a su pesar, los motivos personales y los objetivos revolucionarios se irán entrelazando en sus peripecias y nuestros dos hombres acabarán convirtiéndose en héroes.

John Mallory, un irlandés con trastienda en medio de la revolución mexicana.

Juan empieza a simpatizar con su sobrevenido amigo John.

Mezclados en la revolución con fines bastardos: el asalto al Banco de Mesa Verde.

 Con una ametralladora, inmerso en el marco revolucionario, Juan comienza a evolucionar.

La especialidad de John es el manejo maestro de la dinamita.

Juan ya ha perdido la ingenuidad.

Una imagen retrospectiva en la que vemos a John en Irlanda con su amigo y la muchacha que comparten.

Con el fondo poco tranquilizador de las tropas federales acercándose, vemos a los dos protagonistas en pose promocional antes de entrar en acción.

COMENTARIO: Hasta cierto punto, decepcionante ejercicio que pretendió prolongar el discurso revisionista y alguno de los hallazgos que caracterizaron la muy notable "HASTA QUE LLEGÓ SU HORA" (Once Upon a Time in the West, 1968). Pero aquí, a diferencia de los anteriores westerns de Leone, ya no hay duelos singulares que resuelvan los conflictos ni botín compensatorio; aquí se nos ofrece una mirada escéptica sobre las utopías y los sueños de cambio. El realizador intenta rizar el rizo de algunas propuestas que ya aparecían camufladas en “EL BUENO, EL FEO Y EL MALO” (1966) y reflexiona con desencanto sobre la condición de las revoluciones (“la revolución es la confusión” —dice John). Las trayectorias divergentes del iletrado Juan (Rod Steiger) y el militante exiliado John (James Coburn) van aproximándose por un mutuo “aprendizaje” que los lleva a comprender la inutilidad de sus acciones (uno queda desposeído de todo, incluso de su familia; el otro salda el trauma que arrastra con la inmolación). Sin embargo, todo viene a resultar pretencioso, efectista y vacuo, si bien en algunos momentos surgen chispas aisladas de imaginativa perversidad, típicas de Leone.

NOTAS: Sergio Leone no tenía intención de dirigir este western. Solo deseaba producirlo y en un principio tuvo la ocurrencia de ofrecer la dirección a Peter Bogdanovich (!) que rechazó la oferta pues estaba inmerso en el rodaje de "THE LAST PICTURE SHOW". Posteriormente lo intentó con Sam Peckinpah pero tampoco se llegó a un acuerdo. En cuanto a los problemas de reparto, el personaje de Juan (con claras concomitancias con el Tuco de "EL BUENO, EL FEO Y EL MALO") le fue propuesto (¡claro!) a Eli Wallach que no pudo hacerlo por problemas de agenda. Clint Eastwood también fue tentado por Leone para el personaje de John, pero el protagonista de la "trilogía del dólar" consideró que este personaje no le aportaba nada diferente a los interpretados a las órdenes del italiano.

18 de julio de 2020

"POR UN PUÑADO DE DÓLARES" (Per un pugno di dollari)
(It-Esp-Al) Jolly / Ocean / Constantin, 1964. 100 min. Color. Techniscope.
Pr: Arrigo Colombo y Giorgio Papi. G: Víctor Andrés Catena, Jaime Comas, Sergio Leone, Duccio Tessari, Adriano Bolzoni, Fernando di Leo, Mark Lowell (y aportaciones de Clint Eastwood). Ft: Massimo Dallamano y Federico G. Larraya. Mt: Roberto Cinquini. DA: Carlo Simi y Sigfrido Burmann. Vest: Carlo Simi. Son: Elio Pacella. Ms: Ennio Morricone. Dr: Sergio Leone.
Int: Clint Eastwood, Gian Maria Volonté, Marianne Koch, José Calvo, Antonio Prieto, Margarita Lozano, Mario Brega, Josef Egger, Daniel Martin, Sieghart Rupp, Wolfgang Lukschy, Panos Papadopoulos, Aldo Sanbrell, Nino del Arco, Benito Stefanelli, Raf Baldassarre, Álvaro de Luna, Antonio Molino rojo, Lorenzo Robledo.
Un jinete solitario (Clint Eastwood) surgido del desierto ha llegado al lugar adecuado.
En primer término, el picado rostro del patriarca de los Rojo (Antonio Prieto).
El Hombre sin nombre ha entrado en el pueblo de San Miguel y observa.
Aquí tenemos a Ramón (Gian Maria Volonté), el gallito del clan de los Rojo, calibrando los pros y los contras de contratar los servicios del pistolero recién llegado. 
Nuestro sobrevenido antihéroe, tras la primera demostración de su expeditiva eficacia con el revólver, juega calladamente con dos barajas.
El rostro lloroso de la sometida Marisol (Marianne Koch) denota la terrible situación por la que pasa ella y su familia.
El Hombre sin nombre y Marisol, una mujer que desea recuperar su vida y su familia.
Sopesando las posibilidades de una situación muy complicada.
Una imagen que se ha vuelto icónica.
SINOPSIS:
Un solitario jinete recién llegado a una ciudad fronteriza y tras cerciorarse de la situación reinante en ese lugar, ofrece sus servicios como pistolero alternativa­mente a dos familias rivales que luchan sangrientamente por la supremacía. A nuestro hombre no le importará azuzar los enfrentamientos en beneficio propio.
Ramón Rojo ha descubierto el doble juego del Hombre sin nombre.
Secuestrada y chantajeada desde hace tiempo por Ramón, la pobre Marisol se ha visto obligada a ser su juguete sexual.
Un primer plano de nuestro hombre.
Ramón, su hermano mayor Benito y Rubio (Benito Stefanelli), un secuaz de ellos.
Silvanito (José Calvo) es el único amigo que el Hombre sin nombre tiene en ese lugar.
En el clan de los Baxter, Consuelo (Margarita Lozano) es la enérgica matriarca que trata de imponerse inútilmente al poder de los Rojo.
Estos son los efectos de una brutal paliza tras ser descubierto en su doble juego.
Ramón Rojo cree enfrentarse a un fantasma cuando tiene delante al Hombre sin nombre "invulnerable" a las balas de su rifle.
Dominando la situación, o eso parece.
COMENTARIO:
Allá por 1963, Sergio Leone acariciaba el deseo de rodar un western y en su empeño logró convencer a los productores Arrigo Colombo y Giorgio Papi para invertir en el proyecto. El presupuesto que le concedieron era muy escaso y su sueño de contar con Henry Fonda para el protagonista se vino abajo e incluso el segundo en la lista, James Coburn, que entonces aún no era una estrella. resultaba demasiado caro. En su búsqueda de un sustituto accesible, acabó eligiendo a Clint Eastwood, un oscuro actor americano (sacado de la serie televisiva “RAWHIDE”). Con un rodaje previsto para siete semanas en los alrededores de Madrid y en tierras almerien­ses, Leone construyó un guión (en el que intervino mucha gente) que venía a ser un inconfeso remake de "YOJIMBO" (Akira Kurosawa, 1961) película que ya presentaba un formato cercano al western, que a su vez venía claramente inspirada por la novela “Cosecha roja” de Dashiell Hammett. Eso, por no remontarnos  al “Arlequín, servidor de dos amos” de Goldoni.
El resulta­do de la operación fue una electrizante “reinvención” del western clásico y toda su imaginería (que muchos puristas no encajaron bien en su día), reventando concepciones establecidas en el género. Así, el Hombre sin nombre (Eastwood), ese lacónico jinete que llega a San Miguel, poblacho fronterizo con México, es la antítesis del Shane de “RAÍCES PROFUNDAS”. Él, llegado a ese lugar, a diferencia del icónico pistolero del western de Stevens, no se inclina en favor de los débiles ante el abuso de los brutales, más bien estudia la situación y busca friamente la manera de sacar partido. Solo al final decide ayudar a Marisol (Marianne Koch), esclava sexual del despiadado Ramón (Gian Maria Volonté), y la devuelve a su ultrajado marido y su hijo facilitándoles la huida de ese lugar infernal. A este respecto, resulta revelador que nuestro Hombre sin nombre se sienta incómodo consigo mismo por ese fortuito brote suyo de nobleza.
En la rupturista “POR UN PUÑADO DE DÓLARES” el tratamiento de la violencia se enfatiza y ritualiza (prolongados castigos corporales, risotadas estentóreas de quienes los infligen, composiciones en primerísimos planos de rostros sudorosos y patibularios, regodeo en la mostración de heridas) y supuso en su época un elemento más de distorsión de las reglas narrativas instauradas en nuestra jurisprudencia de espectadores (digamos que en los westerns americanos anteriores, la exposición de estallidos violentos resultaba más “higiénica”, no por ello menos impactante). Esta fórmula leoniana, entre otras consecuencias, daría carta de naturaleza a todos los spaghetti-westerns que se rodaron en años sucesivos. En cualquier caso, lamentablemente, la enorme repercusión comercial de la película que nos ocupa propiciaría (dejando aparte la excelente secuela "LA MUERTE TENÍA UN PRECIO" y su ampliación en “EL BUENO, EL FEO Y EL MALO”) el advenimiento de una plaga de subproductos deleznables que degradarían los elementos clásicos del western e incluso los inventados por Leone hasta límites demenciales, siempre en las ineptas (o aún peor, pretenciosas) manos de mercenarios imitadores.

16 de julio de 2019

EL BUENO, EL FEO Y EL MALO (Il buono, il brutto, il cattivo)
(It-Esp-Al) PEA / Arturo González / Constantin, 1966. 178 min. Color. Techniscope.
Pr: Alberto Grimaldi. G: Age-Scarpelli, Luciano Vincenzoni y Sergio Leone. Ft: Tonino Delli Colli. Mt: Nino Baragli y Eugenio Alabiso. DA y Vest: Carlo Simi. Ms: Ennio Morricone. Dr: Sergio Leone.
Int: Clint Eastwood, Eli Wallach, Lee Van Cleef, Aldo Giuffré, Luigi Pistilli, Rada Rassimov, Mario Brega, Al Mulock, Claudio Scarchilli, Livio Lorenzon, Antonio Casas, Benito Stefanelli, Chelo Alonso, Axel Darna, Antonio Casale, Aldo Sambrell, Lorenzo Robledo, Antonio Molino Rojo.
Este es Blondie (Clint Eastwood), un frío cazador de recompensas.
Aquí tenemos a Tuco (Eli Wallach), un bandido histriónico y astuto como una raposa.
Un primer plano de Centena (Lee Van Cleef), su rostro y mirada de halcón denotan ambición y crueldad.
Tuco, falsamente tuerto, resolviendo asuntos a su manera.
A Blondie se le ponen las cosas difíciles y solo un certero cañonazo disparado a tiempo puede sacarle de esa apurada situación.
Blondie y Tuco ahora son socios y aprovechando que la cabeza del segundo tiene precio han montado un arriesgado "negocio" a medias.
Aquí tenemos a los dos en pleno ejercicio de sus delictivas habilidades dirimiendo qué hacer en un determinado momento.  
Una situación extremadamente delicada. La vida de Tuco depende ahora de la buena puntería de Blondie. Una cuestión de fe.
SINOPSIS: Durante la Guerra de Secesión, un cazador de recompensas, su socio y un avieso ex-oficial, unen circunstancialmente sus destinos para tratar de locali­zar un dinero enterrado en una tumba desconocida. Hasta conseguir sus fines, vivirán aventu­ras, sufrirán encerronas y finalmente se enfrentarán en un deci­sivo duelo a tres.
Las diferencias entre los dos socios traerá malas consecuencias para Blondie.
Finalmente la Guerra de Secesión termina por alcanzar a nuestros dos personajes tan mal avenidos. Ambos acaban como prisioneros en un campo nordista.
Cuando logran escapar de ese campo de prisioneros, existe un interés común que les une circunstancialmente: la búsqueda de una importante suma de dinero enterrado en una tumba desconocida.
Sumando la fragmentaria información de cada uno, Blondie y Tuco logran descubrir el dinero enterrado pero son sorprendidos por la llegada de Sentenza que también busca ese tesoro.
El enfrentamiento entre los tres resulta inevitable.
Escrutándose entre ellos, midiendo las posibilidades de cada cual, se preparan para un duelo a tres.
Con nuestros antihéroes preparados para disparar, lo dejamos aquí para quienes aún no hayan visto la película (que serán muy pocos).
COMENTARIO: El éxito a nivel planetario de "POR UN PUÑADO DE DÓLARES" y "LA MUERTE TENÍA UN PRECIO", facilitó a Sergio Leone poder cerrar sin restricciones lo que luego se conocería como la “trilogía del dólar” con este ambicioso, desmesurado, desequi­li­brado y, en muchos momentos, atractivo western en el que se entregó mayormente a rizar el rizo sobre algunas de las propuestas y hallazgos de sus dos precedentes en una clara ampliación que añadía un grado de complejidad a los asuntos tratados. Así, una vez más aparece la obtención de dinero como motor de los personajes (aquí tres pistoleros que se mueven por sus intereses en el cruento escenario de la Guerra de Secesión, una contienda sobre la que Leone procura colocar el acento en sus aspectos más cruentos y absurdos), la ausencia de valores morales y también ese malévolo y burlesco descreimiento en torno a la religión como algo obsoleto y abandonado en un mundo que no la necesita (la interesante, cambiante y reveladora secuencia del encuentro entre Tuco y su hermano fraile en el desvencijado convento lleno de imágenes cristianas deterioradas), elemento éste que ya aparecía en “LA MUERTE TENÍA UN PRECIO” (recordemos la en cierto modo paródica escena de Indio, psicópata y drogota, explicando desde el púlpito sus planes delictivos a una docena de facinerosos “apóstoles”).
La estructura del guión que solo en apariencia carece de ella (o en todo caso, lo que entiendo como una intentona de ir imbricando sucesivas temáticas que en principio parecen autónomas) y una concepción de la puesta en escena que combina el sistema de set-pieces con interminables y un tanto preten­ciosos (pero a veces seductores) regodeos de cámara, acompañados por el omnipresente Morricone en la banda sonora subrayando o creando atmósferas e incluso utilizando su música en determinados momentos como usurpadora en la función de los diálogos, terminan por causar un extraño doble efecto: fascinar en su muy calculada y efectiva formulación visual y sonora (muy ligada al sentido que desea dar a cada secuencia) y poner a prueba los nervios y el aguante del espectador con ese método in crescendo de dilatar o estirar el tempo hasta la exasperación, del que es ejemplo la tensa y ya mítica secuencia circular en el cementerio de Sad Hill con el enfrentamiento final de los tres protagonistas.
En suma, a lo largo de los años he necesitado sucesivos visionados de “EL BUENO, EL FEO, EL MALO” para diluir mis reticencias (aún quedan grumos) llegando a gustarme este western por razones no ligadas entre sí, alguna de las cuales las acabo de exponer. Pero, sobre todo, he de reconocerlo, porque en virtud de su colosal repercusión comercial, la Paramount decidió dar carta blanca a Leone para que pusiera en pie la que considero su obra magna, su gran masterpiece, “HASTA QUE LLEGÓ SU HORA” (Once Upon a Time in the West).