IN THE MOOD FOR LOVE / DESEANDO AMAR (Fa yeung nin wa)
(China-Fr)) Block 2/Paradis/Jet Tone, 2000. 98 min. Color.
Pr Ej: Chan Ye-Chen. G: Wong Kar-Wai, con citas de Liu Yi-Chang. Ft: Chris Doyle y Mark Li Pinguin. Mt, DA y Vest: William Chang y Chan Kei-Hap. Ms: Michael Galasso. Can: por Nat King Cole. Dr: Wong Kar-Wai.
Int: Maggie Cheung, Tony Leung, Rebecca Pan, Liu Chum, Siu Ping-Lam, Chin Chi-Ang, Chan Man-Lui, Ah Ping, Koo Kam-Wah.
Li-Zhen (Maggie Cheung), mujer casada, piensa ¿sueña? |
Chow (Tony Leung), redactor jefe de un periódico de Hong Kong, también casado, conoce a Li-Zhen. |
Una mirada embelesada. |
Suspendidos en la noche, Chow y Li-Zhen. Extraños y afines. |
Otra noche. La misma pareja. Él la mira. Amistad y amor. |
Un bello y sugerente bodegón humano. Ella nos mira. |
Una lágrima se desliza sobre el rostro de Li-Zhen, recorriéndolo. |
Una historia de amor cargada de tristeza. |
COMENTARIO: Circunstancialmente, un hombre y una mujer coinciden en un espacio común, limitado, incluso angosto, y sus cuerpos deambulan, se desplazan como ralentizados (y acariciados por el envolvente ritmo de un vals que aparece en la banda sonora de manera recurrente) por la estrechez de un pasillo, en los reducidos metros cuadrados de un salón-comedor, rozándose en una esquina, sintiendo o presintiendo la proximidad. Desde su aislamiento, desde su soledad, necesitan amarse con desesperación secreta, pero ese deseo está condenado a no realizarse porque se encuentran prisioneros y casi maniatados en el interior de una aterciopelada jaula de ética y extraño pudor. Son los elementos externos los que la han fabricado, condicionando fatalmente sus vidas (el grado de culpabilidad –si la hubiera– de este hombre y esta mujer no importa porque sabemos la dirección del viento aunque no lo veamos). Y la cremosa voz de Nat King Cole, aporta lo suyo.
La cerebral coreografía cargada (curiosamente) de sensualidad que va conformando las imágenes de “IN THE MOOD FOR LOVE”, su magnética belleza, nos atrapa y nos implica. Li-Zhen (Maggie Cheung) y Chow (Tony Leung) viven encuentros, los imaginan o los recuerdan y esa seductora fantasmagoría romántica, esa relación mostrada en flashes minimalistas, esa experimentación narrativa nos lleva de alguna forma a films como “EL AÑO PASADO EN MARIENBAD”, aunque aquel era un ejercicio donde el geométrico formalismo diseñado por Resnais vaciaba (voluntariamente) las imágenes de la carga erótica que rezuman las del film de Wong Kar-Wai.
Cierro este comentario con una apreciación muy personal y por lo tanto, discutible: el sentido último de esta película singular y bellísima, algunos de sus más sugerentes matices, tal vez se “aprecien” mucho mejor y nos afecten en lo más profundo si la vemos estando enamorados. No es imprescindible, claro, pero a mí me ayudó mucho.
NOTA: Aunque Wong Kar-Wai ha afirmado en alguna ocasión que su siguiente trabajo, “2046”, toda una experiencia sensorial para el espectador, no es una secuela de “IN THE MOOD FOR LOVE”, lo cierto es que resulta necesario tener su visionado fresco en la memoria para poder estar en condiciones óptimas de asimilarla en todos los detalles. Efectivamente, en “2046”, sin ser una secuela al uso (más bien una variación), recuperamos a Chow, el protagonista masculino de “IN THE MOOD FOR LOVE” como un ser solitario y frustrado procurando mantenerse a flote sobre las aguas de la añoranza, anhelando lo irrecuperable, el secreto amor huido, la ocasión perdida, haciéndolo a su manera con historias imposibles y vivencias que solo son jalones de una perpetua e indagatoria búsqueda interior, un viaje mental en el que huye hacia adelante provisto de un complejo juego de espejos retrovisores.
Algo de Resnais hay en la película, Teo, pero yo veo más de Bresson. Un film muy hermoso y una entrada a la altura, como es habitual.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tienes razón, Gonzalo. Ahí también está Bresson, sin duda. Aunque la desnudez narrativa del autor de "PICKPOCKET", su poesía oculta, estén aquí "revestidas" de una sensualidad que el otro no manejaba (o yo no la percibía).
EliminarGracias por tu amable comentario y vaya también para ti un abrazo.
La casualidad ha querido que los dos habláramos del mismo director en la misma semana. Y digo casualidad porque solo he visto dos pelis de este director y además solo las he visto una vez.
ResponderEliminarMe gustó más "In the mood for love" que "2046". Me gustaba más aquél Sr, Chow tierno, misterioso, magnético del que hablas en tu comentario que el Sr. Chow pelín chulesco y arrogante que disfruta humillando en "2046". Recuerdo "Deseando amar" como una caricia para los ojos, escenas que parecen sacadas de un cuadro y, claro..."Aquellos ojos verdes" sonando al compás de unos movimientos tan elegantes que parecía que aquella mujer no pisaba el suelo al caminar.
Un beso sorprendido.
¿Tú crees en las casualidades, Myra? Tal vez existen conexiones que funcionan por encima de nuestro conocimiento. Quién sabe. A mí también me gustó más "DESEANDO AMAR" que "2046". No porque esta segunda la considere inferior, sino porque la historia de la primera me llegó más y mejor, me dejó flotando. En cualquier caso, las dos resultan películas hipnóticas e imborrables en la memoria.
EliminarUn abrazo.
Segundo post que veo en una misma semana del mismo director con el que no me he estrenado. Ésta si que me la han rcomendado varios amigos, la veré...Un beso!
ResponderEliminarHola, Meg. Los amigos que te han recomendado ver esta película sin duda son tus mejores amigos y se nota que te cuidan. Yo también insisto: no te la pierdas, su visionado es toda una experiencia, de esas que nos dejan fascinados.
EliminarHasta pronto, un abrazo.
Teo, que peli más fasninante, yo cuando la vi por primera vez me gusto tanto, que meses después volví a ella por si me había dejado algo. Amargo poso deja éste meloso film.Los actores ya vistos en otros fils del director ese explendido Tony Leung y la belleza oriental de Maggie Cheung nos arrastran por los esos rincones del AMOR en mayúsculas, pero somos simples observadores, las imágenes sublimes. Es un deleite, se lo traga uno con gusto, con lo simple que es.
ResponderEliminarSus bellas imágenes, enlazadas a una banda sonora originalísima a base de temas como el instrumental que no sé desde cuándo pero me suena y el famoso "quizás, quizás, quizás", con unos movimientos de cámara insinuantes dotan a la obra de una mística fuerza magnética que fluye a través de ti, para que asistas a todo lo que Kar-Wai desea mostrarte sin oponer resistencia alguna, en un agradable estado de parsimonia. (Parsimonia agradable, es decir, placentera, que fluye, siempre hay algo interesante, y no se estanca cómo en la desmesuradamente parsimoniosa obra de War-Kai "My Blueberry Nights")
Mientras tanto, esperas el momento de clímax, en el que esa mística fuerza que te tiene agarrado te sacuda con un esperado momento explosivo, en el que la fuerza mística se deje fluir en todo su potencial, desgarrándote las venas en ese esperado momento en el que la magnética fuerza se convierta en fuego y nos abrase, complaciendo el deseo, el deseo de amar.
Sin embargo, lo esperamos y no llega. Nos mantiene expectantes, con el corazón a punto de fuego, anhelantes... Todo para acabar enterrando el deseo, el deseo secreto, en un agujero, dejándonos al borde del precipicio, sintiendo cómo todo el misticismo nos abandona frente a la amarga realidad, y se siente una honda tristeza al pensar lo que pudo ser... y no fue. Ni la propia cámara de Wong Kar-Wai se atreve a mirar a los ojos de nuestros protagonistas. Quizá por miedo a quebrar cada susurro, cada mirada furtiva que no encuentra respuesta, cada plano de exquisita tensión sexual y doloroso hálito de pasión que se escapa sin tan siquiera haber tenido ocasión de llegar.
No quieren compartir lo suyo con nadie, ni con nosotros... es suyo, no nuestro, han elegido, no explotarán, seguirán viviendo, Deseando amar, deseando DESEAR ese objeto que es sólo suyo, su mundo de AMOR....
Un post precioso, objeto de deseo, un fetiche, un objeto de AMOR.
Un abrazo querido Teo.
Caramba, Susan, tu manera de narrar las emociones que te produjo "DESEANDO AMAR", tus sensaciones y reflexiones sobre el film de Wong Kar-Wai, han llegado, por identificación, a producirme un "in crescendo" sensorial semejante, para entendernos, al que desencadena el "Drive-in Saturday" de Bowie, especialmente en su parte final...
EliminarEstoy seguro que nadie que lea tus palabras quedará indiferente ante esta obra maestra y a buen seguro que quienes no la conozcan correrán tropezando con la gente hacia el videoclub más cercano para alquilarla o para conseguirla por la fuerza. Muchas gracias, Susan, y no te vayas muy lejos que te necesitamos.
Y por supuesto, un abrazo también para ti.
No sé si me atrevo ya a decir nada despues de leidos los comentarios anteriores..unas alabanzas tan sentidas y tan efusivas añadidas a tu estupenda reseña no hacen sino abrirme el apetito.
ResponderEliminarNo he visto ninguna de las dos pero tendré que subsanar tamaño olvido. Asignatura pendiente.
El tema, no obstante, me resulta muy conocido .. argumento de muchas otras historias de amores encontrados y/o frustrados.
un abrazo
Hola, Abril. Pues esa laguna tiene que ser subsanada a la mayor brevedad posible. Así que ya lo estoy imaginando: descartada la posibilidad de verlas en una sala de cine, una noche (hay que evitar la luz solar), una vez conseguidas las dos pelis, te sentarás sosegadamente en el sofá y con poca luz -ambiente asistirás a un inolvidable programa doble. Luego, ya me cuentas.
EliminarEfectivamente, este tipo de historias de amor, con todas las variantes que queramos, las hemos visto en el cine a lo largo del tiempo. Así, a bote pronto, me vienen a la mente "EL FIN DEL ROMANCE" de Neil Jordan y "FICCIÓN" de Cesc Gay. Maravillosas ambas.
Un abrazo.
Me he emocionado muchas veces en un patio de butacas, pero esta película recuerdo que me provocó unas sensaciones tan fuertes y una emoción tan intensa que me mantuvo colgada durante mucho tiempo. Luego se me fue pasando, pero la recuerdo como una de mis mejores experiencias como espectadora. He podido verla de nuevo hace como un año en televisión y ya no fue lo mismo, lo que me lleva a pensar que hay películas que no se pueden ver en una pantalla pequeña y con las luces encendidas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que te haya emocionado "DESEANDO AMAR" me parece casi inevitable, Aurora. En cuanto a lo de que existen ciertas películas que no se dejan "ver" en la pantalla de una televisión, es completamente cierto. A mí me ocurre lo mismo. Como dice la canción de "EL VIOLINISTA EN EL TEJADO", "si yo fuera rico" me compraría una pantalla de plasma de 70 pulgadas y la instalaría en uno de los salones de mi mansión (la que no tengo) debidamente acondicionado como sala de cine, butacas incluidas. Luego, invitaría a mis amigos/as a disfrutar de las sesiones. Eso sí, prohibiría las palomitas.
EliminarUn abrazo.
Confieso que no conocía el cine japones, hasta hace relativamente poco, más alla de Akira Kurosawa; pero en este momento ya me son conocidos nombres como Yashuhiro Ozu o Kenji mizoguchi, y el que nos ocupa Wong Kar Wai.
ResponderEliminarEsta película me encantó, porque está llena de delicadeza, romanticismo y deseo melancólico que se mantiene en estado puro a través del tiempo, porque ceder a su impulso supone "ser como ellos", sus respectivas parejas. De hecho, parece ser que se rodó una escena donde hacían el amor, y finalmente el director decidió no incluirla, porque no le interesaba tanto la culminación de la pasión, como transmitir las angustias y vacilaciones de sus protagonistas y su estado de ánimo, creando la atmósfera adecuada a través del mobiliario, los trajes, etc...
Todo esto envuelto en la preciosa banda sonora, sobre todo su tema central "Yumehis theme", nos mantiene pegados a la pantalla y eso que no he tenido la suerte de Aurora de verla en el cine; pero lo importante es sumerjirnos en la historia para poder disfrutarla al máximo, independientemente de la situación sentimental de cada uno.
La actuación de Maggi Cheung -elegante y con una envidiable figura- y Toni Leung -buenísimo actor- impecable
Te felicito por la entrada, Teo! Como siempre estupendas fotos y un inspirado texto.
Un abrazo
Y yo te felicito a ti, Selegna, por el tuyo, muy hermoso y acertado y que suscribo desde ya. Me alegra que sacaras a colación esa escena desechada por el director. He pensado muchas veces en ello y su inclusión o no en la película creo que hubiera cambiado bastante el sentido último de la historia que nos cuentan y sobre todo, por la manera que nos la cuentan. Pero no sé yo, no sé yo, si de haber estado en el lugar de Wong Kar-Wai me hubiera decidido a eliminarla. No sé... Puede que hubiera sido otra película pero igualmente bella y con una mayor carga de sensualidad, claro, ante semejante plenitud.
EliminarUn abrazo.
Qué se me olvidaba !!! mi comentario sobre los vestidos que luce la actriz Maggie Cheung, me parece un festival de colores, arquitéctonicos y maravilloso, en plan años 60 y que en el cuerpo menudo,esbelto, delgado y diriamos perfecto de la actriz la sientan de fábula, acorde con los peinados estilo moño y un maquillaje luminoso que en el rostro de la actriz asiática hacen resaltar sus rasgos y su belleza y es que no hay nada como la esbeltez para poder lucir este tipo de vestidos, femeninos hasta decir basta.
ResponderEliminarUn abrazo Teo.
Esta coda a tu extenso y apasionado comentario sobre "DESEANDO AMAR" viene muy a cuento y es un aspecto de la película que los demás solemos obviar o pasar por alto. Efectivamente, el tratamiento visual, estético, de que es objeto la actriz Maggie Cheung está cuidado al máximo, hasta en los detalles más imperceptibles. Sus vestidos de ensueño que a mí me recordaban a los que lucía Nancy Kwan en "EL MUNDO DE SUZIE WONG", los dibujos de los estampados, los colores, su cuerpo (sí, si, perfecto) dentro de ellos, el peinado, su rostro porcelanesco suavemente maquillado... todo para justificar el embeleso con que Chow la contempla. La vemos como él la percibe. Toda una fascinante sinfonía de formas, colores y movimientos con la cadencia del amor.
EliminarGracias, Susan, por tan sustantiva aportación. Un beso.
Asistí a la proyección de "Deseando amar" sin estar enamorado pero te aseguro Teo que igualmente me gustó mucho. Es más, sus imágenes, su puesta en escena, la música, hicieron que me enamorara de la película y recuerdo que cuando la vi en el cine hace unos doce años, salí de la sala "deseando amar" a una chica pero más accesible que Maggie Cheung. Debo reconocer que tardé bastante en conseguirlo.
ResponderEliminarUn saludo.
(Risas) Esa observación mía, tan subjetiva, se debía a que en la época en que vi "DESEANDO AMAR" estaba muy enamorado y mi historia tenía algún punto de concordancia con la situación vivida por los protagonistas. Eso me hizo "absorber" mejor la película de Kar.Wai. Es más, volví a verla al cabo de unos días pero esta vez conseguí arrastrar a la sala de cine a la mujer objeto de mi pasión. Sin embargo, aquella experiencia compartida no sirvió como acercamiento a ella. A día de hoy continúa tan inaccesible como entonces. No se puede ganar siempre.
EliminarUn saludo.
Excelente película, en la categoría de románticas estaría entre las cinco primeras. Partiendo de una historia sencilla y a través de una puesta en escena impecable nos transmite y nos hace partícipes de una historia de amor secreta, contada con una delicadeza exquisita. Me gustó mucho la fotografía y la canción que se repite que te envuelve si cabe aún más. Muy hermosa e inolvidable.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Mar: hace unos días, en el muro del Grupo Movie Movie, hablando de "EL PUENTE DE WATERLOO", decía que las películas más desaforadamente románticas, las que más me habían afectado, tenían todas un poso de tristeza, una melancolía insuperable, y mencionaba como ejemplos "JENNIE" y "EL FANTASMA Y LA SRA. MUIR". Por supuesto, esta que ahora nos ocupa es otro título a incluir entre esas historias de amor condenado por las circunstancias, saboteado por el contexto. Y como tú dices, nos la cuentan con exquisita delicadeza y con la musical parsimonia de una caricia sobre el rostro del ser amado (sin llegar a tocarlo físicamente). Una maravillosa película que me hace sentir sensaciones muy intensas.
EliminarUn abrazo.
Toda la enorme fascinación y devoción que siento por "Deseando amar", se invierte por 2046, que en su aparente continuidad estética con su predecesora, se abandona a una suerte de imposturas que no soporto. Si en la primera la miscelánea entre sensibilidad estética y la atmósfera interior de sus personajes copulaban en una especie de milagro, en la segunda creo sinceramente que todo queda supeditado a un enorme mecano de artificio. Pero sería largo de analizar. Saludos
ResponderEliminarEs posible que tengas razón al acusar a "2046" de un lenguaje excesivamente alambicado que acaba desorientando (o incluso aturdiendo) al espectador y cuyo artificioso andamiaje acaba por engullir a la propia película. Lo que quedó claro es que no logró alcanzar el nivel de la fascinante "DESEANDO AMAR".
EliminarUn abrazo.