MUERTE EN VENECIA (Morte a Venezia)
(It-Fr) Alfa / PECF, 1971. 129 min. Color. Panavision.
Pr Ej: Mario Gallo. G: Luchino Visconti y Nicola Badalucco, basado en la novela de Thomas Mann. Ft: Pasquale de Santis. Mt: Ruggero Mastroianni. DA: Ferdinando Scarfioti. Vest: Piero Tosi. Ms: Gustav Mahler (3ª y 5ª Sinfonía). Pr y Dr: Luchino Visconti.
Int: Dirk Bogarde, Silvana Mangano, Björn Andersen, Marisa Berenson, Mark Burns, Romolo Valli, Nora Ricci, Carole André, Franco Fabrizi, Leslie French, Sergio Garfagnoli.
Gustav von Aschenbach (Dirk Bogarde) es un compositor en crisis que se refugia en Venecia |
Aschenbach, instalado en un lujoso y decadente hotel veneciano, pretende relajar sus tensiones |
Sin embargo, esa buscada relajación en la ciudad de los canales no durará demasiado |
Su encuentro con el joven Tadzio (Björn Andersen), un efebo adolescente, le trastornará |
SINOPSIS: A comienzos del siglo XX, un compositor alemán, afectado por una reciente crisis, llega a Venecia para disfrutar unas reparadoras vacaciones de verano. Instalado en un lujoso y decadente hotel, descubre entre los elegantes huéspedes a un adolescente de rubios cabellos, silencioso y etéreo, que veranea en el mismo lugar acompañado de su aristocrática familia polaca. Pronto queda atrapado en la fascinación que le produce el efebo al que espiará y seguirá en todo momento.
En ese veneciano hotel Des Bains, también se hospeda la aristocrática familia de Tadzio, encabezada por su madre (Silvana Mangano) |
Vemos a un seducido Aschenbach teatralmente teñido y maquillado en un grotesco intento por ocultar su decadencia física y "embellecer" su aspecto |
Tadzio representa para Aschenbach la belleza, la perfección inalcanzable para el artista que la persigue |
La atmósfera malsana de una Venecia putrefacta es el adecuado escenario para la descomposición |
COMENTARIO: La novela de Thomas Mann (trasunto biográfico del músico Gustav Mahler, aspecto que Visconti se encargó de remachar haciendo que el personaje de Gustav Aschenbach, escritor en el libro, fuera compositor en la película), le sirvió de pretexto al autor de "ROCCO Y SUS HERMANOS" para efectuar -desde la lucidez del observador cualificado- una profunda y serena reflexión sobre un ser humano sorprendido por el derrumbe de los diques que sostenían y ocultaban ignorados aspectos de sí mismo.
Así, Aschenbach (soberbio, concienzudo y entregado Dirk Bogarde), anegado por sensaciones e impulsos que no sabe interpretar, incapaz de comprender el sentido último de su errónea actitud, irá sumiéndose en un degenerativo estado de sometimiento a una realidad que le supera. A la vez, el film resulta, dada la naturaleza del protagonista, un alegórico ejercicio (de depurada estética) en torno a los peligros que conlleva la pugna del artista por alcanzar el evanescente, imposible objetivo de la belleza absoluta y la perfección como deseado resultado final de su esfuerzo creativo.
Una búsqueda que en este caso conducirá a Aschenbach, inmerso sin "conciencia" de ello (a diferencia del Don Fabrizio de "EL GATOPARDO") en una aristocrática clase social en estado terminal, a un acelerado proceso de descomposición y desintegración que el realizador acentúa con el asfixiante e insalubre marco de una Venecia de final de temporada (asombrosa recreación de ese hotel Des Bains, invernáculo en cuyo recargado interior pululan alegres y elegantes zombies "protegidos" del exterior), neblinosa y canicular, azotada por una ocultada epidemia de cólera que derretirá literalmente el teatral artificio de juventud en el rostro patéticamente apayasado del compositor. Un Gustav Aschenbach descompuesto y tocado ya por la muerte, derrumbado en su hamaca en esa playa de luz difusa y otoñal, mientras contempla su perseguido e inalcanzado espejismo.
Qué duda cabe que Visconti, un Visconti lúcido y sereno en la cima de su talento, era el director ideal para esta historia -que hizo suya- y que se sitúa en el centro de lo que podríamos denominar una trilogía dedicada a la decadencia, iniciada con "LA CAÍDA DE LOS DIOSES" y cerrada con "LUDWIG", sin olvidarnos del precedente que significó "EL GATOPARDO" ni de la testamentaria "CONFIDENCIAS" (Gruppo di famiglia in un interno).
Por si mis palabras no lo hubieran dejado suficientemente claro (bueno, creo que sí), en estos párrafos se ha estado hablando brevemente de una obra maestra, una de las más fascinantes de la historia del cine.
Si, si has sido bastante claro, yo también creo que se trata de una gran obra, la mejor de Visconti y digna de figurar en los listados de calificaciones peliculeras. La he visto hace poco en una edición estupenda, y como siempre me he visto rodeado en ese ambiente tan especial con el que Visconti la envuelve.
ResponderEliminarSaludos
Roy
Entre "EL GATOPARDO" y "MUERTE EN VENECIA", a mí me resultaría difícil dilucidar cuál de las dos me parece mejor o me gusta más. No sé, no sé... déjame pensar.
EliminarMientras, un saludo.
A Visconti parece que le gustan o siente un interés especial por los personajes en crisis que se mueven entre dos mundos; uno que está en trance de desaparecer para dar paso a otro que lo sustituirá. Ahí está el protagonista de esta película, debatiéndose por saber qué le ocurre, y como es un artista piensa que la belleza es la respuesta o esa meta que se empeña en alcanzar. Un tema muy jodido.
ResponderEliminarUn saludo.
Bueno, a lo largo de la filmografía de Visconti podemos encontrar todo tipo de personajes, historias y ambientes. Pero sí es verdad que en su obra de madurez aparecen ese tipo de personajes al que tú aludes escindidos y en conflicto con un cambiante entorno que les es ajeno, marcadamente en títulos como los referenciados en el comentario.
EliminarUn saludo.
Es una película donde todo es decadente (muy propio del cine de Visconti), la propia Venecia se consume en una epidemia que asola la ciudad sin remedio. La omnipresente música de Mahler, evocadora y meláncolica, es para muchos algo que siempre estará ligado a "Muerte en Venecia" y a su atormentado protagonista.
ResponderEliminarUn saludo
Así es. La decadencia observada con serenidad y lucidez, es decir, en el caso de "MUERTE EN VENECIA", viene a convertirse en una reflexión sobre el ser humano y su inherente búsqueda de algo que está más allá de él mismo y que jamás podrá conseguir.
EliminarBienvenido, Cuttlas, y agradecido por recalar en este rincón.
Un saludo.
La vi hace muchos años y me gustó mucho, se me quedó especialmente grabada en la memoria la parte final con la gota negra cayendo por la cara de Aschenbach, el patetismo de su búsqueda de la juventud perdida.
ResponderEliminarTengo que volver a verla porque revisar esa película con más años debe ser una experiencia más reveladora aún.
Un saludo
Tienes razón, Maribel. Hay determinadas películas que presentan diversos niveles de narración, es decir, niveles de comprensión por parte del espectador. En el caso de la que nos ocupa -una parábola-, desde la superficie de su anécdota argumental vamos descubriendo sucesivos círculos hasta acceder a su último significado al que en ocasiones accedemos después de varios visionados repartidos a lo largo de los años. Con "MUERTE EN VENECIA", ya digo, puede ocurrirnos eso. Sin embargo, hay otras obras que se desnudan por completo ante nosotros en la primera visita deslumbrándonos para siempre. Pero, bueno, ya me contarás si la revisas ahora con los elementos de juicio, la serenidad y lucidez que nos otorga el paso del tiempo.
EliminarMientras, un saludo.
Me muero aquí mismo Teo, una de mis pelis favoritas de todo los tiempos lo primero por ser del " maestro Visconti " al cúal como ya sabes adoro, idolatro, venero y algún día espero encontrarme con el en ese paraiso llamado Tara o Manderley... vayamos con este peliculón.
ResponderEliminarNo hay nada como la tristeza para escribir y crear o al menos en mi caso. Muerte en Venecia film polémico como pocos, “Muerte en Venecia” siempre ha sido fuente de discusión entre los cinéfilos de todo el mundo. Desde quien la considera una obra maestra absoluta y la obra cumbre de Visconti, hasta quien opina que es un film fallido del maestro milanés, decadente y de un esteticismo afectado que lastra negativamente el film, para nada estoy de acuerdo, incluso me gusta más que la novela de Thomas Mann a pesar de haberla releído varias veces. En cualquier caso “Muerte en Venecia” es sin ningún genero de dudas un film fascinante y se hace muy difícil, por no decir imposible, olvidar la serena belleza de sus imágenes bañadas en la sublime música del Adagietto de la 5ª Sinfonía de G. Mahler.
La fuerza poética que destila cada uno de sus planos no ha perdido nada de su fuerza visual con el paso de los años, y son el reflejo perfecto de la fusión de los universos Manniano, Viscontiano y Mahleriano, tres mundos distintos y a la vez complementarios. Nadie podía filmar la búsqueda de la belleza absoluta salvo un director con el legado cultural y el genio creador que poseía Visconti , obsesionado en la constante búsqueda de la “belleza de lo sublime”,también en esto nos parecemos el maestro y yo, el tuvo la suerte de crearla y yo de poder contemplar su obra, la cual llevo corriendo por mis venas, que baña el film de una pátina de melancolía y de un cierto fatalismo de espíritu por un mundo que se derrumba.
Una forma de entender el cine basada en una puesta en escena brillante y barroca, una ambientación perfecta que roza la obsesión y una técnica impecable, hacen del cine del maestro milanés una experiencia vital inigualable. Probablemente uno de los mejores directores de actores de toda la historia del cine es obligado hablar de la maravillosa, y poco recompensada, interpretación de Dirk Bogarde impagable en su papel del compositor Gustav von Aschenbach “alter ego” del propio Gustav Mahler, que busca en Venecia la paz de espíritu y donde encontrará al joven Tadzio, encarnación de la belleza física, por quien se sentirá irremediablemente atraído, que le inspirará nuevos deseos de vivir y renovados anhelos de creación artística, y que sin embargo acabará por llevarlo a la muerte en una de las secuencias más sublimes, fascinantes y misteriosas de la historia del cine, mientras contempla como Tadzio, que dirige su mirada hacia el, señala con el dedo un punto perdido en el horizonte.
En fin, un film asombroso, sublime, testamento fílmico de un artista que no encajaba con el siglo que le toco vivir y cuyo espíritu se podría resumir en la frase que Visconti deseaba que fuese el eslogan promocional del film.....”Quien ha contemplado la belleza con sus propios ojos está consagrado ya a la muerte”.
Yo he contemplado esa belleza de la que Visconti habla y es muy posible que este destinada a la muerte, pero me iré satisfecha de haber visto eso que Borges definió . " LA BELLEZA ES MÁS DIFICIL DE DEFINIR QUE LA FELICIDAD " cómo bien dijo Simonne de Beauvoir.
Besotes y hasta la proxima entrada.
Me muero aquí mismo, este film es uno de mis favoritos de todos los tiempos, no solo por la novela de Mann, sino por ser del maestro Visconti al cúal sabes que adoro, admiro y respeto; solo espero encontrarme con él algún día en nuestro Tara particular. Vayamos con esta obra maestra que es hay nada como la emoción para escribir y crear o al menos en mi caso. Muerte en Venecia film polémico como pocos, “Muerte en Venecia” siempre ha sido fuente de discusión entre los cinéfilos de todo el mundo. Desde quien la considera una obra maestra absoluta y la obra cumbre de Visconti, hasta quien opina que es un film fallido del maestro milanés, decadente y de un esteticismo afectado que lastra negativamente el film, para nada estoy de acuerdo, incluso me gusta más que la novela de Thomas Mann a pesar de haberla releído varias veces. En cualquier caso “Muerte en Venecia” es sin ningún genero de dudas un film fascinante y se hace muy difícil, por no decir imposible, olvidar la serena belleza de sus imágenes bañadas en la sublime música del Adagietto de la 5ª Sinfonía de G. Mahler.
ResponderEliminarLa fuerza poética que destila cada uno de sus planos no ha perdido nada de su fuerza visual con el paso de los años, y son el reflejo perfecto de la fusión de los universos Manniano, Viscontiano y Mahleriano, tres mundos distintos y a la vez complementarios. Nadie podía filmar la búsqueda de la belleza absoluta salvo un director con el legado cultural y el genio creador que poseía Visconti , obsesionado en la constante búsqueda de la “belleza de lo sublime”,también en esto nos parecemos el maestro y yo, el tuvo la suerte de crearla y yo de poder contemplar su obra, la cual llevo corriendo por mis venas, que baña el film de una pátina de melancolía y de un cierto fatalismo de espíritu por un mundo que se derrumba.
Una forma de entender el cine basada en una puesta en escena brillante y barroca, una ambientación perfecta que roza la obsesión y una técnica impecable, hacen del cine del maestro milanés una experiencia vital inigualable. Probablemente uno de los mejores directores de actores de toda la historia del cine es obligado hablar de la maravillosa, y poco recompensada, interpretación de Dirk Bogarde impagable en su papel del compositor Gustav von Aschenbach “alter ego” del propio Gustav Mahler, que busca en Venecia la paz de espíritu y donde encontrará al joven Tadzio, encarnación de la belleza física, por quien se sentirá irremediablemente atraído, que le inspirará nuevos deseos de vivir y renovados anhelos de creación artística, y que sin embargo acabará por llevarlo a la muerte en una de las secuencias más sublimes, fascinantes y misteriosas de la historia del cine, mientras contempla como Tadzio, que dirige su mirada hacia el, señala con el dedo un punto perdido en el horizonte.
En fin, un film asombroso, sublime, testamento fílmico de un artista que no encajaba con el siglo que le toco vivir y cuyo espíritu se podría resumir en la frase que Visconti deseaba que fuese el eslogan promocional del film.....”Quien ha contemplado la belleza con sus propios ojos está consagrado ya a la muerte”.
Yo he contemplado esa belleza de la que Visconti habla y es muy posible que este destinada a la muerte, pero me iré satisfecha de haber visto eso que Borges definió . " LA BELLEZA ES MÁS DIFICIL DE DEFINIR QUE LA FELICIDAD.UERTE EN VENECIA" como dijo Simonne de Beauvoir.
besazos querido Teo.
Compruebo complacido que tu entusiasmo, identificación y admiración por la cinta de Visconti son aún más declaradamente intensos que los míos, considerándola, como ya lo he expresado, una absoluta obra maestra. Tu identificación con la obra y el artista casi te lleva a los postulados que definen "MUERTE EN VENECIA", tanto la novela (en realidad, muy corta) como la película. Es decir, una profunda, lúcida reflexión en torno a la lucha del artista por alcanzar la belleza, por encontrar un resultado satisfactorio a su esfuerzo de creación. Lucha que sabemos perdida de antemano, casi desde el mismo momento de plantearse. Y ese Aschenbach que "no comprende" lo que le está pasando, que ve derruidos todos los diques con que había tratado de detener la vida y no halla otra cosa que la muerte.
EliminarHay otros temas, como esa descripción de una clase social aristocrática anclada en la fórmula y la monotonía que acabarían por aniquilarla. Pero eso ya lo había tratado magistralmente en "EL GATOPARDO".
Bueno, Susan, gracias por tu "doble" entrada (en el duplicado apareces con un bellowiano nick).
Un abrazo.
Teo Calderón, que bonita tu entrada, con estas preciosas fotografías, nadie mejor que tú para definir en forma y fondo una obra maestra como esta. Pero también es cierto que no a todos los cinéfilos gusta de la misma manera, no entendiendo ni el mensaje ni la verdadera esencia. Algo que no entiendo, porque lo lógico es dejarte envolver por las imágenes, no sólo entenderla desde el lado puramente intelectual si no también desde la intuición y desde los cinco sentidos. Esa estética perfectamente definida, sobre todo las escenas en la playa, són de una belleza absoluta e indescriptible. El anhelo de los sueños perdidos y la juventud como deseo, sueño y casi utopía, de una belleza idealizada, pura e imperecedera.
ResponderEliminarUn 10 querido Teo.
Un beso.
Hola, mi querida Mar. Es cierto, hubo gente que en su momento debió "ver" la película de Visconti con gafas ahumadas y deformantes porque recuerdo alguna crítica de la época que si ya entonces me parecía chirriante y equivocada, imagínate si la volvemos a leer ahora. La belleza, hasta la más significativa y apabullante, no siempre se hace evidente para todo el mundo, me temo.
EliminarGracias, Mar, por esa cariñosa y valorativa mirada tuya sobre lo que escribo en torno a "MUERTE EN VENECIA". Si te ha gustado, lo considero un triunfo para mí y un orgullo siendo tú quien me lo dice.
Un beso.
Yo sigo pensando, pese a los que en una nueva revisión la rehuyen, que es una obra cumbre y emérita en esto que llamamos séptimo arte. Y los es por infinitas razones, pero sobre todo por aquellas que tú tan sabiamente analizas, si bien no está esculpida para náufragos de la sensibilidad. Por ese tempo que la lleva cadencial y elegantemente inmortal, pero al mismo tiempo nos sumerge en una sociedad y un mundo que llegan a su fin.
ResponderEliminarEn realidad es una hermosa metáfora en la que la muerte de compositor-personaje representa la muerte de un mundo, de una aristocracia burguesa que bebe en cristal de bohemia un vino llamado decadencia, que se niega a comprender que sus días están contados, que su impostura vital rodeada de la más rancia y hermosísima belleza son bruma en un bosque herido de muerte. La muerte física hermana de la muerte de una época y de un refinamiento que ya no volverá.
En realidad la homosexualidad es anecdótica, pues Tadzio no es más que el ejemplo de esa belleza, la representación de ese egregio adonis apolíneo que bien pudiera llamarse búsqueda del artista, anhelo de la ansiada belleza del compositor, pintor o escritor. A fin de cuentas las sesudas discusiones entre los compañeros del músico sobre la belleza en el arte son un preámbulo de lo que un lugar como Venecia, un mundo que se agota y hombre que busca su final, nos advierten. Una de las grandes, que cuando veo el cine de Pasolini me llevo las manos a la cabeza.
Son varios los temas que recorren "MUERTE EN VENECIA" tanto en su superficie como en las capas de ese subsuelo viscontiano. De manera más o menos telegráfica han quedado apuntados por los que hemos intervenido en este "coloquio" sobre el film, en el que ya no se habla tanto de la decadencia como de la descomposición (el personaje se descompone, la ciudad en la que se encuentra se descompone...). En fin, vamos a dejarlo en este punto.
ResponderEliminarMe encanta esta película y también la novela corta de Mann. Dice Frank Kermode que las novelas situadas en esa ciudad, por alguna razón, tienden a ser siniestras, como si en ella hubiera algo que confundiera las expectativas de la decencia. Amo Venecia más allá de lo que otros puedan decir respecto a una ciudad convertida en parque temático. A vuela pluma añadiría un relato magnífico de la maravillosa Daphne du Maurier titulado No mires ahora donde se desarrolla por completo en la ciudad de los canales. Creo que hay una película también. Luego me gusta mucho ese relato de Robert Aickman Nunca vayas a Venecia. La novela de Ian McEwan El placer del viajero, etc. Es más, hasta me gusta Anónimo veneciano (banda sonora incluida). Y para no ser más pesado, recuerdo las escenas finales de Casino Royale. Cuando voy a esa ciudad, siempre decadente, me paso por el Lido y me tumbo allí. Me gustaría que el final del mundo me pillara allí.
ResponderEliminarUn cordial saludo
Es cierto que Venecia, por su historia, su leyenda y sus peculiares características, ha sido propensa en literatura y en cine a ser utilizada como un entorno decadente, romántico-necrofílico, inquietante y condicionante de las historias que nos cuentan. Conozco esas dos películas que mencionas como perfectos ejemplos de esto; la de Nicolas Roeg se tituló aquí "AMENAZA EN LA SOMBRA" y la de Paul Schrader, "EL PLACER DE LOS EXTRAÑOS". Ambas muy interesantes.
EliminarHombre, puestos a elegir un escenario placentero para recibir el "fin del mundo"... no sé, déjame que lo piense.
Mientras, un saludo.