23 de agosto de 2011

JENNIE (Portrait of Jennie)
(USA) Vanguard Pictures (David O. Selznick), 1948. 86 min. BN (secuencia en color).
Pr: David O. Selznick. G: Paul Osborn, Peter Berneis y Leonardo Bercovici, basado en la novela de Robert Nathan. Ft: Joseph H. August y Lee Garmes. Mt: William Morgan y Gerald Wilson. DP: J. McMillan Johnson. Vest: Lucinda Ballard y Anna Hill Johnstone. Ms: Dimitri Tiomkin, sobre temas de Claude Debussy. Canción de Jennie: Bernanrd Herrmann. Dr: William Dieterle.
Int: Jennifer Jones, Joseph Cotten, Ethel Barrymore, David Wayne, Lillian Gish, Cecil Kellaway, Albert Sharpe, Florence Bates, Henry Hull, Felix Bressart.
¿Qué misterio envuelve a esa evanescente criatura que surge ante el pintor?
SINOPSIS: En el invierno de 1934, en Nueva York, un joven pintor sin dinero trata de vender alguna de sus pinturas. Un anochecer en Central Park, una niña que dice llamarse Jennie se dirige a él como si le conociera de siempre y luego desaparece prometiéndole crecer deprisa. En los meses siguientes se suceden nuevas apariciones de esta fascinante y enigmática jovencita y en cada una de ellas parece haber avanzado vertiginosamente hacia la madurez. Nuestro artista, obsesionado por ella, se percata de que es el único que puede verla y oírla y será la inspiración que necesita para pintar el mejor cuadro de su vida.
Jennie posa para el pintor enamorado de un fantasma
COMENTARIO: Sin duda, la mejor y más inspirada realización en la dilatada carrera del casi siempre interesante William Dieterle (debemos suponer que en el caso que nos ocupa también tuvo que ver la producción del meticuloso David O. Selznick, a la sazón, esposo de la actriz protagonista). Se trata de una bellísima historia cargada de melancolía y romanticismo en la que se utilizaron con maestría los pinceles narrativos que sirvieran para dotar a la película de una atmósfera invernal, lúgubre y premonitoria. Imágenes llenas de lirismo, hermosas en su diseño y composición, en especial, entre muchas otras, todas las que describen los encuentros del pintor con la inaprehensible Jennie en Central Park y la increíble, impresionante secuencia de la tormenta en el faro. Todo un hito del cine romántico, un film absorbente, emocionante, que gusta más cuantas más veces se ve. Su puesta en escena es el afortunado resultado de la perfecta conjunción de intenciones e intereses, también de los elementos barajados, de la sensibilidad y el talento de sus artífices reunidos, en fin, de esa magia que surge de tarde en tarde cuando todo encaja, complementándose para el perfecto acabado de una obra. Mención especial merecen los espléndidos trabajos de Joseph Cotten, Jennifer Jones y Ethel Barrymore. Nota: el plano final que muestra el retrato de Jennie en el museo, se filmó en color, así como un especial tratamiento de los tonos (superponiendo dos negativos) en la mencionada secuencia de la tormenta en el faro.

8 de agosto de 2011

SED DE MAL (Touch of Evil)
(USA) Universal, 1958. 106 min. BN.
Pr: Albert Zugsmith. G: Orson Welles, basado en la novela "Badge of Evil" de Whit Masterson (Robert Allison Wade y William Miller). Ft: Russell Metty. Mt: Virgil M. Vogel, Aaron Stell y Edward Curtiss. DA: Alexander Golitzen y Robert Clatworthy. Ms: Henry Mancini. Dr: Orson Welles.
Int: Charlton Heston, Orson Welles, Janet Leigh, Joseph Calleia, Akim Tamiroff, Ray Collins, Dennis Weaver, Joanna Moore, Valentín de Vargas, Mort Mills, Víctor Millán, Harry Shannon, Lalo Ríos. Cameos: Marlene Dietrich, Zsa Zsa Gabor, Joseph Cotten, Mercedes McCambridge, Keenan Wynn.
Quinlan es un trampero de la verdad: la olfatea, la detecta y pone la trampa para cazarla
SINOPSIS: Un policía mexicano recién casado y su esposa, son testigos circunstanciales de la explosión de un coche con sus dos ocupantes en la frontera de México y EE.UU. Cuando él asiste a las investigaciones como observador, se percata del irregular proceder del policía encargado del caso, un imponente individuo, temible en sus intuitivos y corruptos métodos.
Vargas y su esposa, atrapados en las torticeras estrategias de Quinlan
COMENTARIO: A los ocho años de ser "expulsado" del paraíso, Welles regresó a Hollywood para incorporarse como actor al reparto de "SANGRE EN EL RANCHO" (Man in the Shadow) dirigida por Jack Arnold y producida por Albert Zugsmith. Este productor, un tipo ciertamente peculiar, quiso repetir experiencia con Welles y le ofreció un papel en la película que estaba preparando para Charlton Heston. Éste, recién salido de "LOS DIEZ MANDAMIENTOS", se empecinó con una tozuda y heroica insistencia (deseaba trabajar a las órdenes del genio de Kenosha) en que también le permitieran dirigirla. Así, lo que probablemente hubiera sido un vulgar thriller, se convirtió en una obra de portentosa fuerza visual, que se eleva desde lo imposible (a partir de la brillantísima, barroca, aérea, anonadante grúa que abre el film) sorprendiendo al espectador con audaces soluciones de puesta en escena que transforman y enriquecen materiales de derribo hasta integrarlos en la médula de una poderosa, insólita, enigmática tragedia que transita el interior de los pasillos, laberínticos y oscurecidos, del alma humana. Nota: en 1998, el film fue objeto de una "restauración" que supuestamente devolvía la versión sin manipular concebida por el realizador, recuperándose cinco minutos.

6 de agosto de 2011

DUELO EN LA ALTA SIERRA (Ride the High Country/Guns in the Afternoon)
(USA) MGM, 1962. 94 min. Color. CinemaScope.
Pr: Richard E. Lyons. G: N.B. Stone Jr. y (sin acreditar) Robert Creighton Williams y Sam Peckinpah. Ft: Lucien Ballard. Mt: Frank Santillo. DA: George W. Davis y Leroy Coleman. Ms: George Bassman. Dr: Sam Peckinpah.
Int: Randolph Scott, Joel McCrea, Ronald Starr, Mariette Hartley, James Drury, Edgar Buchanan, R.G. Armstrong, Warren Oates, John Anderson, John Davis Chandler, L.Q. Jones, Percy Helton, Byron Foulger.
Dos cabalgan juntos, pese a las diferentes posturas con que se enfrentan ambos a su actual circunstancia
SINOPSIS: Dos viejos agentes de la ley retirados, que en su juventud cabalgaron juntos, reciben el encargo de transportar oro desde un poblado minero en la montaña hasta el banco. Durante el viaje, uno de ellos cederá a la tentación de quedarse con el cargamento.
Cansancio, mala paga y agujeros en la suela de las botas. Triste y escaso bagaje para la vejez
COMENTARIO: Steve Judd (Joel McCrea) y Gil Westrum (Randolph Scott), los dos protagonistas de este hermoso western crepuscular, ven cómo una época y una forma de entender la existencia están siendo arrinconadas y sustituidas por nuevos sistemas y conceptos que trae consigo la entrada en el siglo XX del Oeste que ellos conocieron. Uno, lo asume con dolorida elegancia, el otro, con pragmatismo. Pero ambos saben que ya nadie los necesitará y aprovecharán la última oportunidad que les brindan para reivindicar su código moral y su estilo de vida. Esta temática sería retomada por Peckinpah, ampliándola, en posteriores westerns suyos, entre los que cabe destacar "GRUPO SALVAJE". En unos exteriores que nos remiten a los grandes westerns de Anthony Mann, se desarrolla la acción de "DUELO EN LA ALTA SIERRA" que el realizador conduce con pulso, maestría y sensibilidad hasta culminar en uno de los finales más bellos y tristes jamás filmados.
Nota: los emblemáticos Randolph Scott y Joel McCrea, realmente espléndidos, se despedían del cine en beauté con esta película.