31 de mayo de 2018

"EL MULTIMILLONARIO" (Let's Make Love)
(USA) Twentieth Century-Fox / Company of Artists, 1960. 118 min. Color. CinemaScope.
Pr: Jerry Wald. G: Norman Krasna, Hal Kanter y (sin acreditar) Arthur Miller. Ft: Daniel L. Fapp. Mt: David Bretherton. DA: Lyle R. Wheeler y Gene Allen. Vest: Dorothy Jeakins. Dr Ms: Lionel Newman y (sin acreditar) Earle H. Hagen y Cyril J. Mockridge. Can: Sammy Cahn & James Van Heusen y Cole Porter. Cor: Jack Cole. Dr: George Cukor.
Int: Marilyn Monroe, Yves Montand, Tony Randall, Frankie Vaughan, Wilfrid Hyde-White, David Burns, Michael David, Mara Lynn, Madge Kennedy. Invitados: Milton Berle, Bing Crosby, Gene Kelly.
My name is Lolita... And i'm not supposed to... play with boys!
...Cause my heart belongs to daddy!
Amanda (Marilyn Monroe) ensayando con los "boys" ese malévolo "My heart belongs to daddy".
George Welch (Wilfrid Hyde-White) y Alexander Coffman (Tony Randall) cuidan la imagen y administran la fortuna del multimillonario Jean-Marc Clement. Los dos están preocupados por una noticia aparecida en la prensa. 
Ahí tenemos a Jean-Marc Clement (Yves Montand), Alexander, Amanda, George y Oliver Burton (David Burns), el representante artístico de la compañía teatral que pretende estrenar un musical ridiculizando, entre otras, la figura de Clement.
Tony Danton (Frankie Vaughan) es el galán cantante de la obra que ensaya la compañía teatral. Él está enamorado de Amanda.
Amanda contemplando a Tony mientras ensaya uno de sus números.
Nuestra amiga conociendo a Jean-Marc que, atraído por la chica, se hace pasar por un sosias de sí mismo para introducirse como figurante en la obra que están ensayando.
SINOPSIS: Un conocido multimillonario, molesto por la caricatura que de él hacen en un espectáculo teatral a punto de estrenarse, decide presentarse de incógnito a los ensayos y es elegido para el reparto de la obra por su gran parecido con el “original”. Pero nuestro adinerado hombre, cuya inicial intención era cancelar el espectáculo, modifica sus planes cuando conoce a  la chica que lo encabeza.
La dulce Amanda en el despacho de Jean-Marc luciendo un elegante traje negro.
Sorprendida y ofendida, descubriendo la verdad.
En pleno proceso de seducción, Jean-Marc efectúa avances sobre una renuente Amanda.
La apabullante tenacidad del multimillonario parece haber dado resultados. Sin embargo, ella aparenta tener sus propios planes.
Mientras repasan el guión de la obra, estamos convencidos de que a estas alturas la atracción es mutua.
Pero nos habíamos olvidado del pobre Tony que siente cómo pierde terreno con Amanda ante los avances del ventajista Jean-Marc.
El trabajoso proceso romántico de Jean-Marc se consolida en este momento musical enmarcado en un sofisticado decorado.
COMENTARIO: Una Marilyn Monroe de cambiante aspecto físico en cada secuencia, metida en carnes y como solía ocurrir en sus últimos trabajos, con serios problemas personales jalonando el rodaje, tuvo aquí, no obstante, uno de los más bonitos papeles de toda su carrera, esa escindida y vulnerable Amanda, integrante de una pequeña compañía teatral del off-Broadway. Su primera apari­ción en el film resulta antológica: iluminada por un solitario foco, enfundada en unas mallas negras y un suéter de lana, arropada por la música de Cole Porter, entra en cuadro descendiendo desde lo alto abrazada a una barra vertical anunciándonos insinuante y musicalmente que su nombre es Lolita y lanzando la advertencia de que ella no es un juego para muchachos porque "su corazón pertenece a papá".
Estamos ante una comedia sentimental apoyada en un excelente guión con seductoras aportaciones musicales muy bien incrustadas en la trama. El demostrado talento narrativo de George Cukor, destacable sobre todo por su elegancia y sensibilidad expositivas, una vez más supo enriquecer con acertados matices y detalles de una sutileza muy de agradecer el dibujo de los personajes (en algunos momentos, con trazos de refinada pero inmisericorde caricatura), potenciando las situaciones cómicas y alterando el registro narrativo cuando el autor lo creía necesario para sorprender al espectador y al mismo tiempo ayudarle a conocerlos mejor (maternal y bondadoso el de Marilyn Monroe, caprichoso e insensible el de Yves Montand, implacable y frío el de Wilfrid Hyde-White, patético el de Frankie Vaughan, etc.).
Una película de la que el propio Cukor no quedó satisfecho (como "padre de la criatura" tendría sus razones) y que en su día sufrió el rechazo de la crítica y un lamentable fracaso en taquilla. Afortunadamente, el paso del tiempo y la perspectiva que otorga han servido –como en tantos otros casos– para resituar esta formidable y disfrutable comedia en el lugar de honor que le corresponde.