21 de septiembre de 2018

"LA FIERA DE MI NIÑA" (Bringing Up Baby)
(USA) RKO, 1938. 102 min. BN.
G: Dudley Nichols y Hagar Wilde, basado en la novela de Hagar Wilde. Ft: Russell Metty. Mt: George Hively. DA: Van Nest Polglase y Perry Ferguson. Vest: Howard Greer. Ms: Roy Webb y Max Steiner (sin acreditar). Pr y Dr: Howard Hawks.
Int: Cary Grant, Katharine Hepburn, Charles Ruggles, May Robson, Barry Fitzgerald, George Irving, Walter Catlett, Fritz Feld, Jack Carson, Leona Roberts, Ward Bond, Virginia Walker, John Kelly.
Este es David (Cary Grant), el enfrascado paleontólogo, mirando fijamente a Susan (Katharine Hepburn), la joven que desbaratará su ordenada y previsible vida. 
A la chica se le ha escapado una de sus mascotas, un jaguar llamado Baby.
La fiera tomando protagonismo ante nuestros atribulados amigos.
David pasándolo fatal a causa del agresivo desparpajo de Susan.
Tal parece que él desea tirar la toalla, pero ella no se lo permite.
SINOPSIS: Una impulsiva y torbellinesca joven, sin apenas proponérselo, complica la programada existencia de un paleontólogo por el que se siente atraída. Sus destructivos métodos de conquista arrastrarán a nuestro sufrido hombre a situaciones demenciales que darán al traste con todos sus esquemas.
El pobre David, ahora despojado de vestimenta y masculinidad, es increpado
por Susan, su tía Elizabeth (May Robson) y el perro "George".
La situación no mejora para nuestro paleontólogo favorito a punto de enseñar los dientes.
Era inevitable terminar la noche en la comisaría. Con David entre rejas, ahora Susan trata de convencer al sheriff Peabody (Walter Catlett) de que "aquí no ha pasado nada".
A Susan le encanta ver "sufrir" a su querido David. Ahora lo tiene donde ella quiere.
Resulta evidente que la noche se complica.
Nuestra impulsiva Susan, en lo alto de una escalera, está a punto de provocar otra catástrofe. David que ha recuperado el último hueso que le faltaba a ese esqueleto de dinosaurio, acabará claudicando.
COMENTARIO: Comedia seminal que a lo largo de las ocho décadas transcurridas desde su realización ha servido de faro a infinidad de guionistas y directores dispuestos a “chupar rueda” de su magistral diseño y resolución. Por ejemplo, Peter Bogdanovich en “¿QUÉ ME PASA, DOCTOR?” (What's Up Doc, 1972) y James Foley en “QUIÉN ES ESA CHICA?” (Who's That Girl?, 1987). La de Hawks es una cinta redonda, divertidísima en su delirante trama y ritmo endiablado, donde todo y todos (en un mundo que parece diseñado por Lewis Carroll) van en contra de las leyes de la lógica, salvo el pobre paleontólogo David Huxley (Cary Grant), anonadada víctima del azar que patalea inutilmente en el interior del torbellino por el que ha sido arrastrado y engullido.
Con todos los elementos funcionando con la precisión de un mecanismo de relojería, pero también con la frescura de algo que “nace” en el instante en que lo vemos, Hawks se entregó a ese juego que tanto le gustaba consistente en desarbolar al macho frente a la mujer resolutiva y sin corsés hasta la práctica inversión de roles, tema que llevó aún más allá, diez años después, en “LA NOVIA ERA ÉL” y que no abandonaría hasta su última comedia, "SU JUEGO FAVORITO", donde intentó sin conseguirlo que fuera de nuevo Cary Grant (el actor rechazó la oferta) quien sufriera los envites, ahora por duplicado, de Paula Prentiss y Maria Perschy.