30 de agosto de 2017

EL TERROR DE LAS CHICAS (The Ladies Man)
(USA) Paramount, 1961. 106 min. Color.
G: Jerry Lewis y Bill Richmond. Ft: W. Wallace Kelley. Mt: Stanley Johnson. DA: Hal Pereira y Ross Bellah. Vest: Edith Head. Ms: Walter Scharf. Pr y Dr: Jerry Lewis.
Int: Jerry Lewis, Helen Traubel, Pat Stanley, Kathleen Freeman, Hope Holiday, George Raft, Buddy Lester, Sylvia Lewis, Jack Kruschen, Gloria Jean, Marty Ingels, Alex Gerry, Doodles Weaver, Madlyn Rhue, Fritz Feld, Del Moore, Harry James y su Orquesta.
Este es Herbert H. Heebert (Jerry Lewis) en el día de su graduación. Ahí le tenemos ingenuo e ilusionado, ignorante de lo que se le viene encima.
Empiezan los problemas para el hipersensible Herbert. Acaba de comprobar que su novia de la que estaba muy enamorado, le engaña con un compañero.
Aquí le tenemos, desencantado pero intentando recuperarse y dispuesto a buscar formas de ganarse la vida mientras espera a un autobús que le alejará de su ciudad.
Atendiendo a un anuncio, se presenta en una residencia donde necesitan los servicios de un conserje.
Miss Wellenmellon (Helen Traubel) es la directora de ese lugar y la vemos dando precisas instrucciones a Herbert sobre sus obligaciones laborales.
A la mañana siguiente, cuando nuestro amigo se incorpora a sus tareas, se percata de que ha ido a caer precisamente en un hotel para señoritas. Lo que le faltaba.
Tal parece que huyendo del cazo, ha caído en la sartén.
Pronto la abrumadora presencia de tanta chica hace que afloren los problemas psíquicos que condicionan a Herbert, y ahí está la comprensiva Miss Wellenmellon acogiéndole "maternalmente".
Miss Wellenmellon decide emplear bienintencionados trucos para tratar de resolver los problemas de Herbert con las mujeres y devolverle la autoestima.
SINOPSIS: Un joven con imán para los accidentes, tocado por un desengaño amoroso, entra a trabajar como "chico para todo" en una coqueta residencia de Hollywood para señoritas aspirantes a actriz. Este hotel está regentado por una antigua dama del teatro que le acoge bajo su protección.
La voluntariosa y algo bruta Katie (Kathleen Freeman) trata a nuestro Herbert como lo haría con un bebé reticente a ingerir su papilla.
El autor, valiéndose de su personaje, nos descubre esta gran casa de muñecas para recordarnos que estamos ante el artificio de un decorado, de una ficción elaborada.
Día a día, durante su jornada de trabajo, Herbert recorre las estancias del edificio y su infantil curiosidad le lleva a traspasar una puerta que le estaba prohibida, encontrándose en una habitación completamente blanca en todos sus elementos.
De pronto, descolgándose desde el techo, aparece la vampírica Miss Cartílago (Sylvia Lewis).
Parece ser que una de las pupilas de Miss Wellenmellon es la novia de George Raft y cuando éste viene a buscarla, Herbert queda fascinado con su presencia.
No obstante, Herbert quiere pruebas de que ese elegante y amenazador individuo es realmente el legendario George Raft.
Otro momento memorable: el gangster Willard (Buddy Lester) viene a recoger a su chica y termina sufriendo estoicamente las torpes intentonas de Herbert por arrancarle un hilo colgante de su sombrero.
Todas las féminas de ese lugar tratando de convencer a un abrumado Herbert de que desista de su intención de abandonarlas.
Antes de acostarse no viene mal un numerito musical.
Después de todo, al servicio de las damas. De eso se trata.
COMENTARIO: Segundo trabajo de Jerry Lewis, tras el ensayo que supuso “EL BOTONES”, como responsable total de sus películas en el que llevaba aún más lejos algunos de los hallazgos de sus colaboraciones con Frank Tashlin.
Una vez que decide dar el paso definitivo de convertirse en realizador, Jerry Lewis rueda tres películas a modo de aprendizaje o ensayo antes de alcanzar el dominio absoluto de la puesta en escena. No obstante, tras “EL BOTONES”, su primera experiencia y apenas un borrador, nos sorprendía con su segundo trabajo, “EL TERROR DE LAS CHICAS” (absurdo título español), un sorprendente salto hacia arriba que eleva esta película por encima de las otras dos alturas del podio. Estos trabajos forman lo que podría considerarse una trilogía de transición que se completa con la divertidísma pero irregular (algún parón en el ritmo narrativo para dar paso a numeritos sentimentales) “UN ESPÍA EN HOLLYWOOD” (The Errand Boy).    
Innovador en su puesta en escena, casi experimental en algunos momentos, “EL TERROR DE LAS CHICAS” es un film que muestra como pocas veces hemos visto en la pantalla una utilización tan audaz y creativa del decorado y del color que aquí adquieren una importancia capital, así como la aparición de una temática que casi define a Jerry Lewis y que abordará en sucesivos trabajos; hablamos del dificultoso enfrentamiento de su autor/personaje con el universo femenino, en este caso, masivo e invasor como es ese hormiguero matrialcal en el que va a caer nuestro sentimentalmente vapuleado protagonista (ojo a la carga misógina de esta película y algunas otras en su filmografía).
A lo largo de la cinta nos encontramos con aciertos deslumbrantes y de gran originalidad cuya enumeración iría desde la grúa elevándose sobre el decorado gigantesco de la diseccionada “casa de muñecas” a modo de la voyeurística mirada de un entomólogo (recordemos algo parecido en “LA VENTANA INDISCRETA” de Hitchcock), a la delirante e iconoclasta intervención de George Raft (con ese tango en clave homosexual entre él y Jerry), pasando por la extraña, hipnótica, musical y surrealista secuencia en falso blanco y negro con el curioso e infantilizado Herbert H. Heebert (Jerry Lewis) penetrando en la habitación prohibida de la vampírica Miss Cartílago (Sylvia Lewis), o aquella escena en que unas mariposas disecadas echan a volar en cuanto se les abre la vitrina. Logros y apuestas narrativas que prolongaría, como decíamos, en “UN ESPÍA EN HOLLYWOOD” y que puliría hasta la perfección en la asombrosa “EL PROFESOR CHIFLADO”.