19 de agosto de 2016

LOS INSACIABLES (The Carpetbaggers)
(USA) Paramount / Embassy, 1963. 150 min. Color. Panavision.
Pr: Joseph E. Levine. G: John Michael Hayes, basado en la novela de Harold Robbins. Ft: Joseph McDonald. Mt: Frank Bracht. DP: Hal Pereira y Walter Tyler. Vest: Edith Head. Ms: Elmer Bernstein. Dr: Edward Dmytryk.
Int: George Peppard, Alan Ladd, Carroll Baker, Martin Balsam, Bob Cummings, Martha Hyer, Elizabeth Ashley, Leif Erickson, Lew Ayres, Ralph Taeger, Archie Moore, Audrey Totter, Tom Tully, Arthur Franz, Anthony Warde, Tom Lowell, John Conte, Vaughn Taylor.
En uno de los amargos enfrentamientos con su hijo, el magnate de la aviación Jonas Cord (Leif Erickson) tiene un ataque cardiaco y fallece.
Jonas Cord Jr. (George Peppard) acaba de heredar el imperio de su padre, al que odiaba, y entre sus nuevas "pertenencias" está Rina (Carroll Baker) su reciente viuda, mujer tan bella como lasciva.
Con la muerte del padre de Jonas, Nevada Smith (Alan Ladd), amigo fiel y socio en las empresas del difunto, sigue al lado de este impulsivo joven al que conoce desde niño.
Rina es una mujer de irresistible belleza, sensual, pragmática y con pocos escrúpulos.
Al quedar viuda ve tambalear su situación en la casa e intenta defender sus derechos.
Una de las maneras en que Jonas mide el odio y rencor que sentía hacia la figura de su padre es poseer sexualmente a su atractiva madrastra, algo que al parecer ha venido practicando desde que la conoció.
Atracción sexual exenta de sentimientos románticos.
Estamos en el año 1928 y Nevada Smith, alejado de los negocios de Jonas, se dedica ahora al cine como actor en westerns de serie.
Jonas ha descubierto el pasado aventurero y delictivo de Nevada Smith y se lo hace saber. No obstante, ese secreto quedará entre ellos pues el joven magnate siente una gran admiración por este hombre íntegro y amigo leal.
Monica Winthrop (Elizabeth Ashley) es la hija del ingeniero de la fábrica de aviones de Jonas y está muy interesada sentimentalmente por él.
Monica cree hacer avances para conseguir que Jonas acepte casarse con ella.
SINOPSIS: A la muerte de su padre, un joven dado a la buena vida hereda una fábrica de aviones. Con el poder en sus manos, traumatizado por el odio y el rencor a causa de un estigma que arrastra desde la niñez y espoleado por su ambición se convertirá en un magnate tiránico y megalómano que irá destruyendo a las personas que alguna vez le quisieron.
Jonas en su afán expansionista ahora se interesa por los negocios cinematográficos y tiene planes para Nevada Smith. Aquí le vemos entrevistándose con el productor Bernard Norman (Martin Balsam).
Nevada Smith acepta de buen grado las condiciones de su nuevo contrato cinematográfico.
Rina visita a Nevada y en cierto modo trata de seducirle. Ella siente una extraña admiración por este hombre, el único que no ha intentado acostarse con ella.
Nuestro admirable "vaquero" cinematográfico la rechaza con tacto y delicadeza porque sabe que un romance con ella no llegaría a buen fin.
Rina viaja a Europa y en el París de entreguerras se entrega a una vida de fiestas y diversión enloquecida que terminará mal para ella.
Jennie Denton (Martha Hyer) es una prostituta de lujo que entra en la vida de Jonas.
Nuestro hombre, tras la muerte de Rina, se empeñará en convertir a Jennie en
una estrella cinematográfica, pese al oficio de ella.
Dan Pierce (Robert Cummings), un sinuoso representante artístico, se pone de acuerdo con Bernard, que se la tiene jurada a Jonas, para intentar estafarle con la venta de un estudio cinematográfico en bancarrota.
Han pasado los años y Nevada Smith, pese al deleznable comportamiento de Jonas en todos los terrenos, mantiene su lealtad hacia él.
Harto de comprobar cómo Jonas arruina la vida de todos los que le rodean, Nevada decide darle una lección y se enzarzan en una pelea.
Tras este brutal enfrentamiento, exhausto y finalmente decepcionado,
Nevada Smith se alejará de Jonas para siempre.
COMENTARIO: Partiendo del material que suministraba el bestseller de Harold Robbins, asistimos a un melodrama-río inequívocamente inspirado en la figura y andanzas del legendario Howard Hughes aunque, cabe pensar, eso solo fuera un señuelo para ocultar lo que tal vez pretendió esta discutible película, su auténtica razón de ser: servir de pretexto a través del doble itinerario físico y moral de este ambicioso, despótico y neurótico Jonas Cord para así proporcionarnos una visión “didáctica” de la metodología y desenvolvimiento del capitalismo americano. A este respecto, no falta ningún ingrediente característico que nos ilustre a lo largo de los ciento cincuenta minutos de metraje con el despliegue de una completa galería de arquetipos y representantes de esa fauna (ambiciosos, arribistas, trepas, emprendedores, banqueros, negociadores sin escrúpulos, esposas adúlteras y ninfómanas, prostitutas de lujo) pero, eso sí, valiéndose de una vieja treta que limara el alcance de la parábola hasta dejarla roma, consistente en procurar circunscribir lo que nos cuentan al caso particular del mencionado Cord cuyo repugnante proceder podría deberse a un trauma que nuestro hombre arrastra desde la infancia y que “explicaría” vía psicologismo barato (a través de reiterativos flashbacks) su pragmatismo desalmado aplicado como herramienta de venganza y de autoafirmación. 
Comprendo que parte de mi antipatía hacia Edward Dmytryk es de índole personal por aquello de que siempre he detestado a los que delatan a sus compañeros para conservar el status (y sus piscinas). Sin embargo, debo confesar que alguno de sus trabajos me gustan; obviamente, los que rodó antes de dejarse “castrar” por el maccarthysmo. Luego ya dejó de interesarme su devenir profesional salvo por una película, “CITA EN HONG KONG” (Soldier of Fortune, 1955), convencional pero bien construída intriga con trasfondo romántico, típica de la guerra fría y cuyo mayor interés a estas alturas resida probablemente en una competente factura y en sus carismáticos intérpretes (Clark Gable y Susan Hayward).
Volviendo a la que ahora nos ocupa, Dmytryk, tal vez obligado a servir los intereses industriales del peculiar e impositivo productor Joseph Levine, adoptó para la ocasión un estilo narrativo hiperbólico y remarcador que acaba resultando a la postre algo amazacotado en esa intentona sin duda mal aconsejada de fundir enfatismo y clasicismo. Si queremos comparar, algo parecido a lo que ocurría con otra de sus películas-río, “EL ÁRBOL DE LA VIDA”.
En su momento, “LOS INSACIABLES” pretendió también ser un vehículo para el definitivo lanzamiento de Carroll Baker como una nueva Jean Harlow y del mediocre George Peppard como heredero de los grandes seductores, aunque en el caso de él con la equivocada fórmula, aquí y en subsiguientes películas (“LAS ÁGUILAS AZULES”), de endilgarle personajes engreídos y antipáticos. Sin embargo, como mayor virtud de la película hemos de agradecer la elegante y estoica presencia de un glorioso Alan Ladd, envejecido y mítico, en su última aparición en la pantalla (murió con apenas cincuenta años a las pocas semanas de finalizar el rodaje) incorporando el personaje de Nevada Smith. En mi opinión, a él debe la película alguno de sus mejores momentos.

8 comentarios:

  1. Hola Teo,
    No he visto esta peli. Tras leer tu estupenda reseña, la veré sin duda!

    Un abrazo!

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    1. Hola, Éowyn.
      Ciertamente es una película cuya emisión se ha prodigado muy poco por las cadenas de televisión, no obstante, existe una lejana edición en dvd aunque lo más probable es que ahora se encuentre descatalogada. Como habrás podido comprobar, le doy una de cal y otra de arena pero a buen seguro que no te aburrirás viéndola. Resulta muy interesante por su espectacular reparto y por el juego de paralelismos que puede establecerse entre personajes de ficción y sus equivalentes reales.
      Un abrazo.

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  2. Sé, porque lo has contado en más de una ocasión, que Alan Ladd se convirtió en tu actor favorito cuando eras niño. Así que tus encendidos elogios dedicados a este actor los entiendo perfectamente porque además es cierto que en esta detestable película, estuvo muy bien. Es como si presintiera que era su último papel.
    Un abrazo.

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    1. Bueno, lo mío con Alan Ladd supongo que es de diván. Pero también es cierto que desde siempre cuando se refieren al protagonista de "RAÍCES PROFUNDAS" pocos son los que se esfuerzan en ir más allá de los consabidos tópicos, lugares comunes y frases hechas generalmente referidas a su corta estatura, su "inexpresividad" y demás juicios facilones. En fin, todos tenemos lo nuestro.
      Me ha hecho gracia eso de "detestable película"; es una definición muy rotunda pero me parece, Aurora, que exageras un poco pues en verdad las hay mucho más detestables. Y lo sabes.
      Un abrazo.

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  3. Solo recuerdo esta película por una vez que la vi en televisión y de esto hace bastantes años. Tras leer tu reseña, me doy cuenta de que en la actualidad apenas retengo en mi cabeza los contenidos que describes. Por supuesto, me has dejado muy interesada en volver a verla con más atención, cosa que haré lo antes posible. Las fotos que has colocado resultan como muy descriptivas y complementan muy bien tu texto.
    Un abrazo.

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    1. Reconozco que de no ser por esa aproximación afectiva creada en mí por la presencia de Alan Ladd en esta película y que Aurora ha descubierto, probablemente no la habría reseñado en el blog. En todo caso, te la recomiendo porque es un sólido ejemplo y muy representativo de aquella política hollywoodense de llevar inmediatamente a la pantalla cualquier bestseller por el mero hecho de serlo, al margen de su interés. Y éste sin duda lo tenía.
      Un abrazo.

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  4. Puede que hayan pasado unos veinte años desde que vi esta película por la televisión así que mi recuerdo de ella no es muy preciso que digamos. También confieso que entonces no apliqué mucho espíritu crítico así que mi juicio ahora no tiene apenas validez. Recuerdo que me gustó y que como dices en tu comentario el papel de Alan Ladd fue para él como un regalo casi póstumo. Según leí hace tiempo en un artículo sobre Joseph E. Levine, este productor decidió eliminar algunas escenas del actor para dejar más en segundo plano su personaje de Nevada Smith dado que la película se vendía con George Peppard y Carroll Baker como reclamos para la taquilla.
    Un saludo.

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  5. Hola, Gonzalo. Efectivamente, el nefasto Joseph E. Levine, tras ver el primer montaje de la película creyó conveniente para sus intereses de mercader reducir la importancia de ese personaje en el conjunto de la película. Por eso, cuando vuelvas a verla, observarás que existen algunas escenas de él que quedan como descolgadas, sin los precedentes necesarios para que tengan sentido (por ejemplo, su encuentro con Rina en la habitación del hotel). Puede que esto fuera un elemento más en el derrumbe final de Ladd (sin descartar el suicidio, la causa de su muerte nunca quedó aclarada), un hombre tímido e inseguro y muy influenciado por su dominante esposa.
    Por cierto, el personaje de Nevada Smith, esta vez incorporado por Steve McQueen, fue retomado dos años más tarde por el mismo productor para rodar una especie de "precuela" donde se contaba su historia en un notable western dirigido por Henry Hathaway.
    Un saludo.

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