30 de enero de 2015

TWO MUCH
(Esp) Andrés Vicente Gómez / Sogetel / Lolafilms / Fernando Trueba P.C., 1994-95. 117 min. Color. Panavision.
Pr Ej: Ted Field, Robert W. Cort y Adam Leipzig. Pr: Cristina Huete. G: Fernando & David Trueba, basado en la novela de Donald Westlake. Ft: José Luis Alcaine. Mt: Nena Bernard. DA: Juan Botella. Vest: Lala Huete. Ms: Michel Camilo. Dr: Fernando Trueba.
Int: Antonio Banderas, Melanie Griffith, Daryl Hannah, Danny Aiello, Joan Cusack, Eli Wallach, Gabino Diego, Austin Pendleton, Allan Rich, Vincent Schiavelli, Phil Leeds, Jeff Moldovan, Sid Raymond, Santiago Segura.
En el centro vemos al pícaro Art Dodge (Antonio Banderas) flanqueado por las hermanas Kerner. A la izquierda, Betty (Melanie Griffith) y a la derecha, Liz (Daryl Hannah). La situación puede parecer envidiable, pero no siempre lo bonito resulta saludable.
La irreflexiva Betty, ex-esposa de un mafioso que aún continúa enamorado de ella, se encapricha de Art y juguetea con el atribulado galerista arrastrándole a situaciones peligrosas.
Cuando Art conoce a Liz, la hermana sensata de Betty, se siente muy atraído por ella y su cerebro se escinde, lo que le impulsa a inventarse un hermano gemelo que le permita atender a las dos mujeres.
No obstante, su accidentada relación amorosa con Betty sigue su curso sumiéndole en una absurda y suicida huída hacia adelante.
Sin poder evitarlo (o no queriendo evitarlo) nuestro Art acepta casarse con Betty y ahí le tenemos en ese día aciago siendo acompañado por su estrambótico padre, Sheldon Dodge (Eli Wallach), antiguo brigadista en la guerra civil española.
Tenemos a la pareja de equivocados amantes en plena ceremonia frente al sacerdote que los casará. Él parece no estar seguro de si saldrá vivo de ese trance.
SINOPSIS: Un frustrado pintor ahora regenta una poco rentable galería de arte en Miami Beach por lo que ha de buscarse la vida con astucia y pocos escrúpulos, engañando a viudas recientes con cuadros que supuestamente compra­ron sus difuntos maridos. Una de sus “ventas” pretende hacerla –sin saberlo– en el funeral de un mafioso y su truco es descubierto por el temible hijo del finado y ha de salir por pies del lugar con la ayuda de la atractiva e impulsiva ex-esposa de su perseguidor, que al instante se enamora de nuestro pícaro marchante. Empeñada en casarse con él de forma inmediata, realiza los prepa­rativos de la boda sin darle tiempo a reaccionar. Atrapado en este loco engranaje, para empeorar las cosas, entra en juego la fascinante hermana de la futura novia que también se fijará en el escindido y atribulado pícaro.
Tanto Betty como Liz creen estar tratando con dos hermanos gemelos que lógicamente nunca coinciden juntos. De ahí las fatigosas tribulaciones de nuestro hombre Art para mantener el engaño. 
La trabajosa "representación" de Art le lleva a un constante cambio de "look", según con quién esté.
Betty, irresistible y coqueta, flirteando con Art al borde de la piscina.
Imagen promocional en la que vemos al escindido Art con su doble "personalidad", siendo así pareja de las dos hermanas y víctima por ello de esa esquizofrenia situacional. Empujado a casarse con una, sin embargo ama a la otra mientras un mafioso celoso quiere matarlo.
COMENTARIO: Fernando Trueba es un enamorado del cine, un cinéfilo perceptivo y sensible que en el momento de hacer la película que nos ocupa no podía disimular su rezumante pasión por este arte y los que lo hicieron grande, aquellos intuitivos hombres llenos de talento y sabiduría cuyo profundo conocimiento de la vida y del ser humano les hizo capaces de capturar esa vida con una cámara, recreándola para devolvérnosla, transformada, hermosa y compleja, a la cadencia de veinticuatro imágenes por segundo. La avidez de Fernando como espectador, su lúcido disfrute con la visión de las obras de Renoir, Ford, Lubitsch, Preston Sturges, Billy Wilder y otros maestros floreció –no es frecuente– cuan­do, como Peter Bogdanovich, sintió la necesidad de dar el “paso decisivo” de dejar la pluma y las tertulias para pasar a la acción: dirigir. Y lo que aquí nos interesa es su demostrada buena asimilación de las lecciones aprendidas –mayormente– desde la fila siete de aquellos extintos cines de barrio, verdaderas facultades de cine para aprendices de demiurgo.
Centrándonos ahora en “TWO MUCH”, hemos de decir que en su primera incursión americana el autor de “BELLE EPOQUE” consiguió una buena comedia, no redonda, es cierto, pero con sobradas dosis de inteligencia y elegancia, cualidades muy de agradecer por su infrecuencia en el actual panorama cinematográfico. Sin embargo, los que en su momento nos precipitamos esperando de Trueba una comedia deudora de sus admirados Lubitsch y Wilder, nos encontramos con que esta “infiel” adaptación de la novela de Donald Westlake (de la que, a decir verdad, poca cosa ha quedado) se parece mucho más a las comedias vodevilescas que Blake Edwards realizó con el actor Dudley Moore (curiosamente, también Gómez Pereira se acercó al autor de “LA PANTERA ROSA” para su “BOCA A BOCA”). Concretamente, “TWO MUCH” recuerda con molesta nitidez a “MICKEY Y MAUDE” (allí, en un tono seme­jante, el bígamo Moore se duplicaba para atender a las dos mujeres que requerían su amor).
Finalizo este apunte sobre Trueba y su película (un previsible pero injusto batacazo de taquilla en Estados Unidos y poco menos en nuestro país) dedicando un merecido chapeau a la esfor­zada, esquizoide y, por momentos, brillante composición de Antonio Banderas, saltando constante­ y literalmente de Melanie a Daryl con gimnástico desparpajo.

16 comentarios:

  1. Eres de los pocos que han escrito bien sobre esta estupenda película. En su día la defendí cuando todo el mundo la denostaba. Trueba es un fan incondicional de Billy Wilder y lo dijo cuando le concedieron el Oscar por Belle Époque. Aquí veo yo mucho de Wilder y de la screwball comedy o comedia loca que son las historias menos locas del mundo.

    Abrazos.

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    1. Cierto es que en su día este trabajo de Trueba no convenció a casi nadie. Es más, en Estados Unidos se estrenó muy mal, en pocas salas y la crítica se la cargó en bloque, pasando inmediatamente al mercado del video.
      Desde luego, no se trata de una obra maestra, pero sí de un trabajo más que digno con juchos puntos de interés que hubiera merecido otro trato menos injusto y cegato que el que se le dispensó.
      Un abrazo.

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  2. Una película que es mejor de lo que se dijo, estoy de acuerdo. Yo la guardo entre las mías y la disfruto. Muy cercana a esas comedías made in USA del cine clásico.
    Saludos.

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    1. Aunque como decía Machuca más arriba, la admiración de Trueba por Wilder fue siempre notoria, en el caso de "TWO MUCH" las referencias que encontramos en su concepción y desarrollo estuvieron más cercanas (eso ya lo expongo en mi comentario) a algunos trabajos del Blake Edwards ochentero que del autor de "UNO, DOS, TRES". Eso sí, es fácil encontrar algunos pequeños "homenajes" a Lubitsch.
      Un saludo.

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  3. Estoy de acuerdo en que "Two Much" está más cerca de Edwards que de Wilder o Lubitsch. Sin embargo, el mayor defecto de esta película, a mi juicio, reside en su "timing" y en eso influye el descoloque de unos actores con otros. sus ritmos y estilos no logran ensamblarse en el conjunto produciendo ciertos chirridos y altibajos. Antonio Banderas puso toda su alma en el trabajo, pero imaginaos por ejemplo a un Tony Curtis en el mismo cometido. No hay color.
    Saludos.

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    1. Ya he afirmado en más de una ocasión que la comedia es el género más difícil de llevar a cabo con éxito. Se han rodado muchas pero solo unos pocos directores han sabido encontrar ese "timing", ese punto exacto, el dial perfecto y preciso para que todo funcione en la misma dirección y a la misma velocidad. Es decir, el tono y el ritmo narrativo mediante el ritmo interior del plano. ¿La elección de actores? Fundamental pues un error de "casting" puede echar por tierra los resultados. Por lo demás, ya hemos hablado de la premisa principal: un buen guión perfectamente construido.
      Un saludo.

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  4. Siento no tenerla muy nítida en mi recuerdo y me han entrado unas ganas enormes de volver a verla. Por lo que estáis diciendo es posible que el guión no estuviera muy trabajado, que necesitara ser pulimentado al máximo y luego también un montaje que midiera al milímetro la duración de los planos y de las secuencias para conseguir ese ritmo narrativo que solo los maestros como Wilder conseguían de manera perfecta. Con Tony Curtis... ¡así cualquiera, jajajaja!
    Besos.

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    1. Hola, Aurora. De alguna manera, en mi respuesta a Gonzalo ya tocaba el asunto que planteas y en el que tienes toda la razón. Por supuesto, soñando despiertos a la hora de tocar el tema "casting", si Trueba hubiera podido contar con el Tony Curtis de los años sesenta su película hubiera ganado muchos puntos. Y ya puestos, cambiando a Melanie Griffith y Daryl Hannah por Kay Kendall y Suzy Parker habría sido la repanocha... jajajaja!
      Un beso.

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  5. Gisela Sanchez03 febrero, 2015

    Hola, Teo. Aúnque ya he comentado la pelicula en Facebook, quiero agradecerte que en tu blog comentes una comedia, y lo hagas sin menospreciar al género. No entiendo porque los entendidos en cine solo consideran bueno el drama, como comentas arriba hacer comedia no ha de ser fácil.

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    1. Me alegra leerte por aquí, Gisela. Bienvenida. Tradicionalmente los miembros de la llamada "crítica seria" solían ignorar o -como tú dices- menospreciar las películas adscritas a este género que lo consideraban menor. Fueron, una vez más, los críticos franceses, los muchachos de "Cahiers", los que consiguieron hacer girar los ojos a muchos que los tenían centrados en ese cine más "transcendente". Por ejemplo, hace unas décadas seguían admirando y estudiando el cine de Bergman sin darse cuenta de que Woody Allen nos estaba hablando de lo mismo pero en clave de comedia. En fin...
      Un beso.

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  6. J.L. Llamazares08 febrero, 2015

    Eso de ser crítico de cine y luego meterse a hacer películas solo les salió bien a los de la nouvelle vague. Trueba practicó una operación de mimetismo que le salió un pelín defectuosa como suele ocurrir con los facsímiles. Es mi opinión y la expongo ya que "Two Much" no me convence porque no es genuina.
    Saludos.

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    1. No olvides, J.L., que además de aquellos directores surgidos de la plantilla de "Cahiers" han habido otros felices casos de críticos de cine convertidos en grandes realizadores. El nombre más emblemático sería Peter Bogdanovich. Lo que no obsta para que tengas parte de razón sobre lo que dices del film de Fernando Trueba que nos ocupa.
      Un saludo.

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  7. Me gusta bastante Trueba pero en esta ocasión me decepcionó un poco la película porque había leído el libro y eché de menos la atmósfera negra de Westlake. Además en la novela las hermanas eran gemelas también y me gustaba ese detalle. La película eso sí, tenía momentos divertidos.

    Saludos

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    1. Mira tú por dónde, anoche pude revisar esta comedia por cortesía de TVE en una estupenda copia. Esta vez, algunas de sus insuficiencias me han chirriado algo más que antaño, pero sigo considerándola una buena intentona de dignificar el género en unos momentos en que la grosería y el humor escatológico empezaban a adueñarse de los productos a él adscritos.
      No conozco esa novela de Donald Westlake pero imagino que sólo la utilizaron como base o punto de partida para construir una comedia (la única que he leído de Wsetlake es "Un diamante al rojo vivo" que también fue "comedializada" en su versión cinematográfica).
      Un beso.

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  8. Teo, no la he visto ( ni lo haré ) me parece por lo que cuentas una " comediucha " Ya sólo ver a Antonio Banderas, que me parece un gitanillo, con ese pelo !!!! la verdad que bien le ha sentado envejecer a este hombre !!! y las otras dos, Melany, que no ha heredado ni un ápice de la belleza y elegancia de su madre mi adorada Tippi Hedren. Daryl Hannah, que después de ser una divina Nexus 6, llamada Pris y hacer de enfermera en Kill Biil, de Tarantino, no ha dado pie con bola...bueno sí se ha hecho un botoxeado, que es de juzgado de guardia. O sea TOO MUCH !!!!

    Un beso.

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    1. Vaya! si me hubiera parecido una "comediucha" no habría perdido tiempo y neuronas en comentarla aquí. Desde luego, está lejos de alcanzar cotas hawksianas, ni siquiera roza los niveles de un Blake Edwards de los años sesenta. Pero a Trueba en esta comedia se le adivinaban maneras y una agradecible voluntad de alejarse del humor de brocha gorda que comenzaba a imperar en el género. Por eso, no hay que negarle la consecución de algunos momentos afortunados. Y efectivamente, ni Melanie ni Daryl levantaron ya cabeza desde entonces. Y es que no se puede ser "rubia y guapa" porque enseguida surge el deterioro. Una ley que impone el paso del tiempo, tan cruel como inexorable.
      Un beso.

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