2 de junio de 2012

LOS HERMANOS KARAMAZOV (The Brothers Karamazov)
(USA) MGM / Avon, 1958. 148 min. Color.
Pr: Pandro S. Berman. G: Richard Brooks, sobre una adaptación de Julius J. & Philip Epstein de la novela de Feodor Dostoievski. Ft: John Alton. Mt: John Dunning. DA: William A. Horning y Paul Groesse. Ms: Bronislau Kaper. Dr: Richard Brooks.
Int: Yul Brynner, Maria Schell, Claire Bloom, Lee J. Cobb, Richard Basehart, William Shatner, Albert Salmi, Judith Evelyn, David Opatoshu, Edgar Stehli, Harry Townes, Simon Oakland, Frank de Kova, Jay Adler, Mel Welles.
Papá Karamazov (Lee J. Cobb) se muestra muy receloso ante sus hijos Ivan (Richard Basehart), Dimitri (Yul Brynner), Alexei (William Shatner) y el bastardo Smerdiakov (Albert Salmi)
El orgulloso y visceral Dimitri, acompañado de Katya (Claire Bloom), humilla públicamente a un antiguo oficial, el capitán Snegiryov (David Opatoshu)
Papá Karamazov con el más joven de sus hijos, Alexei, que decidió tomar los hábitos
En la entrega de Katya a Dimitri hay un toque de "sacrificio vestal" en sus motivaciones
SINOPSIS: En la Rusia zarista de 1870, un lujurioso y bufonesco padre atormenta la vida de sus cuatro hijos (uno de ellos no reconocido), muy diferentes entre sí. Cuando un mal día el viejo aparece asesinado, las circunstancias acusan a uno de los hermanos por el hecho de haber tenido una violenta discusión con su progenitor, poco antes de su muerte, a causa de la herencia y de una mujer a la que ambos deseaban.
Dimitri dilapida su dinero en juergas, partidas de naipes y bebida, azuzado por la incitadora belleza de Grushenka (Maria Schell)
Grushenka espolea la pasión de los hombres con su sensualidad a flor de piel
Grushenka cultiva la amistad de la ingenua Katya, su rival, por motivos sibilinos
El descreído y atormentado Ivan, interesado en Katya, sostiene teorías sobre la licitud del crimen partiendo de la premisa de que Dios no existe
COMENTARIO: Las novelas de Dostoievski, portentosas introspecciones en la complejidad psicológica del ser humano inmerso en las contradicciones y fuerzas contrapuestas de la sociedad en la que está inmerso (para el caso, la de la Rusia zarista), fueron siempre un material de base muy apetecible para el cine. Naturalmente, Hollywood -aquel Hollywood- acudió a sus páginas con frecuencia y pese a los cauces de un arte que también es industria, generalmente aquellos guionistas (con talento o por chiripa) supieron sintetizar muy bien los contenidos de sus novelas. Un par de ejemplos: "CRIMEN Y CASTIGO" (1935) de Josef Von Sternberg y "EL GRAN PECADOR" (1949) de Robert Siodmak, basada en "El jugador". Previsiblemente, no hubo tanto acierto con la traslación de otros escritores ilustres que se removieron en sus tumbas cuando "descubrieron" desde el Más Allá el resultado de ver convertidas sus novelas en pésimas películas.
Con las lógicas limitaciones e imposiciones que la conservadora Metro de la época impuso, un “maniatado” Richard Brooks aceptó el encargo de adaptar y poner en imágenes “LOS HERMANOS KARAMAZOV”, tarea que afrontó como un reto del que supo salir airoso (en principio, el realizador tenía la utópica pretensión de rodar la película en Rusia con actores de allí). El film, rodado integramente en estudio, posee una atmósfera densa, estilizada, con una utilización metafórica del color (rojos, púrpuras, azules, ocres), un impecable ritmo narrativo y unas memorables performances. En este apartado, el famoso “magnetismo animal” de Yul Brynner, suplió con creces sus limitaciones como actor; Lee J. Cobb, siempre propenso a la sobreactuación, fue sabiamente utilizado por el director-guionista para acentuar el lado ruín y apayasado de papá Karamazov; Maria Schell, recién salida de otra adaptación dostoievskiana (“LAS NOCHES BLANCAS”) a las órdenes de Visconti, compuso una ambigüa Grushenka, manejando con eficacia sus patentados tics (sonrisa dispuesta y ojos a punto de lágrima).
En suma, una película, probablemente muy alejada de la que Brooks quería hacer, pero a la que esas condiciones marcadas por la productora, de las que hablaba más arriba, sirvieron a la postre para dotarla de una extraña y fascinante belleza formal, tal vez alejada de la fidelidad y el realismo que en principio buscaba su director. Pero esa hubiera sido otra película.

19 comentarios:

  1. Gonzalo Labat02 junio, 2012

    A mí esta adaptación de "Los hermanos Karamazov" siempre me ha parecido un "digest" de la novela de Dostoiesky, como aquellos resúmenes que se hacían de grandes libros para públicos perezosos en aquella famosa publicación llamada así, "Reader's Digest".
    Sí es cierto, lo reconozco, que las imágenes de la película poseen una sugestiva belleza y que el rasurado Yul Brynner tenía una mirada que taladraba y supongo que el público femenino de entonces debía flipar con él. Y poca cosa más.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. He aquí una cuestión eterna sin digerir: libro-película. Para no salirnos del "ámbito ruso", acojámonos a un ejemplo que rápidamente acude a mi mente y que sirve, en mi opinión, para rebatir ese argumento tuyo, Gonzalo.
      En 1956, King Vidor acometió la versión cinematográfica de "GUERRA Y PAZ", de la que devino un hermoso, complejo, lírico film, espectacular también, que "resumía" los contenidos del novelón de Tolstoi. Diez años más tarde, el ruso Sergei Bondarchuk volvía sobre esa novela embarcándose en una mamotrética producción (según dicen, la más cara de la historia) de casi siete horas de duración, divididas en cuatro partes. Pues bien, esa versión, muy cuidada, muy bonita, muy espectacular, era una mera ilustración, página por página, de la obra de Tolstoi. "Fiel" a tope sin saltarse ni una línea.
      Eso para mí no es una adaptación. Podían haber cogido un ejemplar del libro y filmar directamente el texto de cada página... En fin, quiero decir que un libro es un libro y una película (basada en ese libro) es una cosa muy distinta como expresión artística y por lo tanto tiene otras reglas, otros mecanismos, otras necesidades. Su origen literario sólo constituiría un punto de arranque, sin dejar necesariamente de serle "fiel".
      Un saludo.

      Eliminar
  2. No es tan mala como se dice por ahí: la he vuelto a ver hace muy poco y aunque parece que por momentos se rompe en dos (con ciertas brusquedades en los comportamientos de algunos personajes), por lo visto la adaptación es casi imposible (no me he atrevido todavía con el tocho de novela), ese extraño camino por el que transitan los protagonistas al final resulta atractivo.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Quién dice "por ahí" que es mala? En su día, esta película no se libró -como ninguna otra que osara apoyarse en un libro famoso- de la inevitable comparación (ya sabes: "ah, pues a mí me gustó más el libro"). Creo que el que la juzgó más duramente fue su propio autor, Richard Brooks, que quedó muy descontento con el resultado porque él quería aplicarle otro tratamiento y no se lo permitieron, como ya explicaba en el comentario de la entrada.
      Pienso que hay libros mucho más difíciles de adaptar al cine que "LOS HERMANOS KARAMAZOV" y todo depende, claro, de quién lo haga. Ahí tienes -es sólo un ejemplo- "BAJO EL VOLCÁN" de Malcolm Lowry, al que metió mano un John Huston sin complejos, ya en la recta final de su carrera. Y modestamente opino que la película no le quedó nada mal, pese a los ataques que en su momento recibió como adaptación de ese "intocable".
      Un saludo.

      Eliminar
  3. No la he visto, Teo. Vi hace unos años una checa que se llamaba "The karamazovs" y que tuvo en el Festival de Sevilla muy buenas críticas pero a mí no me gustó, más que nada porque no la entendí bien. A la gente que se había leído la novela sí le gustó, quizás ellos tenían más referencias para "armar" la película. Tengo muchas ganas de meterle mano al libro, y de ver ésta que comentas y la checa otra vez, pero teniendo en cuenta que estoy empezando "Crimen y castigo" la cosa puede demorarse mucho...

    Los fotogramas que has puesto tienen muy buena pinta. A lo mejor no era lo que hubiese querido Brooks, pero ya sabemos, lo imprevisto muchas veces sale bien.


    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desconozco esos Karamazovs checos que viste en el Festival de Sevilla pero apostaría a que eran mucho más ortodoxos que los de la Metro.
      Richard Brooks estaba contratado por esa férrea productora y en su seno rodó varias películas, casi todas muy interesantes. Ignoro cómo un tío tan inteligente como ha demostrado ser, fue entonces tan poco realista pensando que sus jefes le iban a permitir rodar la peli en la URSS (¡en 1958 y con actores rusos!). Se trataba de una producción de las consideradas "serias", de esas que daban prestigio a la marca del león, diseñada también para aprovechar el fuerte tirón en taquilla que en aquellos años tenía Yul Brynner. Aún con todas las condicionantes, le quedó una película con muchas más virtudes que defectos.
      Un salludo.

      Eliminar
  4. Dostoievski en manos de Hollywood es como "La Traviata" en la voz de Andrea Bocelli: una grotesca caricaturización. Para saborear al genio ruso en el cine hay que acudir a realizadores como Kulidzhanov, Bresson (su "Pickpocket" no deja de ser una adaptación más o menos velada de "Crimen y Castigo") o Visconti. Lo demás son paparruchas.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, bueno, señor Ricardo, no empuje usted que hay sitio para todos. Admito los juicios apasionados, en los que suelo caer con frecuencia cuando algo me gusta mucho, o lo contrario. Pero lo categórico y excluyente ya me gusta menos y procuro no practicarlo, salvo quizá cuando me cogen enfadado.
      Conozco esa (interesante) versión de "CRIMEN Y CASTIGO" de Lev Kulidzhanov, con momentos de impresionante fuerza, qué duda cabe, pero tan esclavizadamente fiel al libro que el realizador necesitó casi cuatro horas para describirnos todo el calvario interior de Raskolnikov y las demás subhistorias que lo aderezan. Pero, repito, el interés o calidad de un film no debe medirse necesariamente por su fidelidad en letra y espíritu a la fuente literaria que lo alimenta. Creo que ya apuntaba sobre esta cuestión en un comentario más arriba.
      A nadie, que yo sepa, se le ha ocurrido cargarse "LA DAMA DE SHANGHAI" porque no fuera nada fiel a la novela del tal Sherwood King que la escribió. ¿Por qué aplicar un diferente rasero cuando en lugar de ese King, el escritor es Dostoievski o Kundera? Una película, es una película, y ocho de cada diez se basan en novelas. Resultaría fatigosísimo tener que aplicar esa plantilla a todas.
      Diría que Dostoievski es uno de los escritores que más me ha afectado y más oscuridades ha iluminado en mi cerebro de simio. Por descontado, creo que es uno de los grandes genios de la literatura. Pero eso no convierte "LOS HERMANOS KARAMAZOV" de Richard Brooks en una "grotesca caricaturización" ni en una "paparrucha". Eso me parece cada vez que la veo. Supongo que es lo que tiene el cine, que uno ve lo que quiere ver, o lo que puede.
      Un saludo.
      Un saludo.

      Eliminar
    2. No se me enfade usted, estimado Teo. Simplemente creo que Hollywood nunca captará la esencia de autores como Dostoievski, Chéjov o Tolstói, ya que es algo que ni vende ni resulta comercial. Por cierto, yo tampoco considero que una buena adaptación tenga que ser fiel a la letra de un libro, pero sí a su alma.

      Un saludo.

      Eliminar
  5. Estoy de acuerdo con Ricardo, jamás se logrará captar la esencia de Dostoievski, Chéjov o Tolstoi es imposible y te lo digo con conocimiento de causa pues los he leído a conciencia. Por cierto Teo, necesito saber si hay alguna biografia-entrevista a Luchino Visconti, me haces un favor si lo indagas. besitos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, ahí queda mi postura y esa vehemente argumentación que se va por el desagüe ante vuestra rotundidad, la tuya y la de Ricardo.
      Susan, en cuanto a esa indagación en torno a libros sobre Visconti, ya te he contestado en tu Facebook. Espero que te sirva.
      Un abrazo.

      Eliminar
  6. Hace ya algunos años que no he vuelto a ver esta peli pero tengo un bonito recuerdo de ella. Al ver los fotogramas que has puesto mi memoria se ha ido refrescando. Ay, el eterno dilema libro-película. Como dices más arriba el libro es el libro y la película la película, por qué hemos de compararlos? Hace poco hablaban sobre esto mismo en un programa de radio en el que interviene, entre otros, Garci.

    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Myra: pues sí, es una vieja, permanente, infructuosa e injusta polémica que puede oscilar de lo cansino a lo irritante, dependiendo del caso y de cómo se plantee. He añadido lo de "injusta" porque está claro que sólo afecta a las películas que osan partir de la adaptación de un escritor por encima del bien y del mal, o de los considerados "infilmables". Esas películas lo tienen crudo porque siempre serán juzgadas en función de la existencia de ese libro en el que se han apoyado. Nunca como obras estrictamente cinematográficas.
      Si una película me parece espléndida (o pésima), el factor que menos cuenta para mí es la importancia del libro del que se ha servido el guionista para contruir la historia.
      Un abrazo.

      Eliminar
  7. Ese Hollywood que el participante Ricardo Pérez, secundado por el conocimiento de causa de Susan Lenox, utiliza como arma arrojadiza para desestabilizar el andamiaje del amigo Teo ¿qué Hollywood es? Me explico: un bosque contemplado desde un avión es sólo una gran mancha verde y hay que descender y recorrerlo para poder apreciar toda su variedad.
    Yo conozco varios Hollywoods, el de Erich von Stroheim, el de Ernst Lubitsch, el Josef von Sternberg, el de Orson Welles... y también conozco el de Edward Wood y el de Michael Bay y Roland Emmerich. Y existen otros dentro de esos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Has sacado las uñas por el hijo de la señora Encarna y eso es un acto de amor. Ahora lo sé. Pero no hay que tomarse estas diferencias conceptuales tan a pecho, pues son precisamente la sal de los blogs. Aunque mira tú por dónde, me pescas releyendo "El idiota". Luego hablaremos a micrófono cerrado. En todo caso, sabes bien cuánto te agradezco el detallazo.
      Un beso (o dos).

      Eliminar
  8. Aurora R. Martín08 junio, 2012

    Al margen de esos piques que os traéis de si son galgos o podencos y de quién llega primero, movida por esta entrada, me he comprado el dvd de la película y he de confesar que me ha gustado mucho. Aquellos directores como Richard Brooks y muchos otros, sabían cómo llegar al público con historias interesantes (se basen en Dostoievsky o Perico de los Palotes) muy bien contadas con imágenes poderosas que sintetizaban con eficacia los contenidos.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vaya imagen más infantilizada; de una patada nos has devuelto a todos al patio del colegio. Pero, bueno, tienes razón en que lo importante, a fin de cuentas, es el cine, las películas, y ¡ole! por los que han sabido (y saben) hacerlas de manera que nos entretengan, nos hagan soñar, nos apasionen y nos sorprendan mientran descubren aspectos ignorados de nosotros mismos.
      Un saludo.

      Eliminar
  9. Perpetua aunque no por ello menos interesante reflexión, dicho sea sin ánimo de avivar posibles rescoldos, la que ha surgido a raíz de esta entrada. Comparar las películas con las novelas en que se basan, inspiran o adaptan es un ejercicio cotidiano entre la audiencia cinéfila. Una práctica harto difícil de acometer por la abrumadora cantidad de films que beben en el cauce del río de la literatura, como bien apunta el autor de este blog. ¿Debe ser la obra cinematográfica lo más fiel posible al original? Se me antoja harto complicado pues nos hallamos antes dos manifestaciones artísticas extraordinarias pero muy diferentes que operan con mecanismos distintos (disonancias asimismo también mencionadas por el ínclito aludido antes) ¿puede desarrollar o explorar cuestiones interpretables de la fuente primaria pero que no constan en ella? en este caso basándonos (subrayen esta palabra, amigos y amigas) en una premisa planteada en la obra literaria podríamos desarrollar, y esto sin necesidad de traicionar el alma o espíritu de la misma, otras cuestiones alumbrando por ello un proceso creativo propio. O, en otra vuelta de tuerca, con la misma premisa hilvanar otra historia ¿sería otra posibilidad legítima? o ¿podríamos rebatir sus argumentos y alumbrar, a rebufo del objeto de la novela inspiradora, otra ficción antitética a ella?. La manera de abordar la novela escogida por el realizador: adaptación "fiel" en/por la que se intenta reproducir la misma, revisión temática o simple inspiración para construir un relato diferente, entre otras, puede condicionar el proceso cinematográfico y este, no por la opción seleccionada de entre las enumeradas, debe ser ejecutado como "peor que el libro", "no sabe capturar las esencias del literato", etcétera. Más bien deberíamos tener presente la sujeción a interpretaciones que para cada persona tiene la historia escrita y la libertad que para cada individuo debe suponer acercarse a ella (y huir, de esta guisa, de prácticas taxativas), además de considerar las dificultades que puede implicar trasponer una obra de un medio de expresión a otro que se rige por normas y artilugios distintos los cuales, para más inri, deberán ser utilizados con significación propia para expresar esa personal apreciación. Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Diablos! Vaya tesis! Pero, antes de nada, me apresuro a decirte que estoy básicamente de acuerdo con la libre existencia de todas esas opciones y variantes que despliegas. No obstante, no nos pongamos tan serios. Por eso, estaría aún más de acuerdo contigo, Ca, si me aseguras que cuando escribías esas líneas mantenías una (imperceptible) sonrisa en los labios.
      Gracias por tu esforzada y aportativa intervención que supongo clausura esta polémica... hasta la próxima.
      Un saludo.

      Eliminar