13 de noviembre de 2011

MUJERES EN VENECIA (The Honey Pot)
(USA) United Artists / Famous Artists, 1966. 150 min. Color.
Pr: Joseph L. Mankiewicz y Charles K. Feldman. G: Joseph L. Mankiewicz, basado en la obra de Frederick Knott y la novela de Thomas Sterling, inspiradas en la obra "Volpone" de Ben Johnson. Ft: Gianni di Venanzo. Mt: David Bretherton. DP: John de Cuir. Vest: Rolf Gérard. Ms: John Addison. Dr: Joseph L. Mankiewicz.
Int: Rex Harrison, Susan Hayward, Cliff Robertson, Maggie Smith, Capucine, Edie Adams, Adolfo Celi, Hugh Manning, David Dodimead. En escenas eliminadas: Herschel Bernardi, Cy Grant, Frank Latimore, Massimo Serato.
El "moribundo" Cecil Fox (Rex Harrison) lanza una expresiva mirada a su secretario para que actúe rápido y le saque del apuro
Un actor en paro, obligado por las circunstancias a hacer de secretario para un millonario con plan oculto
SINOPSIS: El millonario Cecil Fox, secretamente arruinado, llama hasta su palacio veneciano a las tres mujeres que jalonaron su vida sentimental y pone en práctica un juego teatral con la ayuda de un actor en paro que habrá de hacerse pasar por su secretario. Fingiendo ante ellas estar moribundo, las engatusa con la idea de que a su muerte heredarán algo de su supuesta fortuna. Sin embargo, la “representa­ción” sufre un giro insospechado cuando una de ellas muere mientras dormía.
La ex esposa favorita de Cecil: Mrs. "Lone Star" Crokett Sheridan (una extraordinaria Susan Hayward)
La altiva y estatuaria princesa Dominique (la impar Capucine) trata de ocultar su desesperada situación
COMENTARIO: Comedia sofisticada, de regia elegancia formal, pero, sobre todo, inteligente (éste es el adjetivo que mejor le cuadra a Mankiewicz) en la que el autor de “EVA AL DESNUDO” volvía a utilizar el personaje central (aquí, Cecil Fox), como un alter ego suyo, a través del cual nos comunica su postura. Un cierto predominio intelectual sobre los demás y un par de ases en la manga, le permiten a Fox urdir una trama, un juego que esconde una intencionalidad, y mover los hilos de la representación con la sutileza y precisión de un demiurgo. Claro, que un personaje no previsto en el “guión” (la enfermera Watkins), o el azar en otras ocasiones, vienen a desbaratar el plan tan meticulosamente diseñado. Los destinatarios de esta “puesta en escena” tramada por el personaje en el film son sus tres codiciosas amantes; los de Mankiewicz tras la cámara, nosotros los espectadores, que asistimos a una apasionante exhibición de talento (¡qué brillantes diálogos!). Lástima que personajes reales (productores a los que siempre les horroriza el riesgo) chafaran en su día el primitivo diseño que Mankiewicz tenía para esta película, más audaz y complicado que lo que ha quedado en la pantalla. Nunca sabremos si nos hubiera gustado más. Difícil, ciertamente. 
No deseo terminar sin destacar también lo que una formidable dirección de intérpretes consiguió extraer del siempre sutil Rex Harrison en su cuarto trabajo con este director: una memorable actuación.

7 comentarios:

  1. Daniel Gregg14 noviembre, 2011

    Repasando muchas de las películas de Mankiewicz, es cierto que en ellas existe casi siempre un personaje que domina intectualmente a los demás y los utiliza como peones para llevar a cabo sus planes. Desde el Marco Antonio de "Julio Cesar", al Paris Pitman de "El día de los tramposos", pasando por Eva Harrington de "Eva al desnudo" o este Cecil Fox de "Mujeres en Venecia". No cabe duda que este realizador admiraba la inteligencia, incluso la perversa.
    Un saludo.

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  2. Hola, Daniel Gregg:
    Te recuerdo de una intervención tuya en este blog a raíz de otra película de Mankiewicz, "GUYS AND DOLLS". Resulta notorio que te interesa este realizador y que has percibido ese leit motiv que recorre muchos de sus films. A esos ejemplos, no olvides añadir el Andrew Wyke de "LA HUELLA". Te espero para el próximo Mankiewicz que probablemente será "EL FANTASMA Y LA SRA. MUIR", casi, casi, como un homenaje a tu seudónimo.
    Un saludo.

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  3. Se ve excelente la película, Mankiewicz es un director muy ingenioso como has recalcado, justo quería ver el fantasma y la señorita Muir, estoy en ello, y agrego ésta nueva que con esos actores tan disntinguidos producen atracción. Tendré en cuenta esa manipulación producto del intelecto que mencionas. Un abrazo.

    Mario.

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  4. Hola, Mario:
    Sí. Mankiewicz fue un director-guionista muy exigente consigo mismo y tenía un gran respeto y una gran fe por/en la capacidad de los espectadores. Además de una precisión de relojero a la hora de poner en imágenes las historias que elegía (y muchas veces escribía, aunque no siempre figurara su nombre en el guión). Creo que ya lo he dicho en alguna ocasión, pero ahora lo repito: sus películas, junto con las de Billy Wilder, contienen los mejores diálogos de la historia del cine. Revisando sus respectivas filmografías creo que eso resulta evidente.
    Un abrazo.

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  5. De las poquísimas películas de Mankiewicz que me quedaban por ver. Todavía no logro comprender cómo este magnífico film continúa figurando como una obra menor de este gigantesco cineasta. Inaudito e incomprensible.
    "Mujeres en Venecia" (título que en nada tiene que ver con el original) me atrevería a decir que es un excelente "borrador" de esa otra obra maestra suya que es "La huella". Quizá lo que no se entendió en su día de este film es la conjugación de trama de intriga que termina por quedar sepultada debido a la reflexión que el director realiza en torno al tiempo, el escepticismo y el desencanto vital. Película abstracta, por tanto, en su fondo, muy compleja y profunda (¿y qué película de Mankiewicz no lo es?) y que sólo puede entenderse como una obra crepuscular (como muy bien apuntó en su día Miguel Marías) en respuesta a la mutilación perpetrada por la productora a la película que iba a ser la más personal del director (me refiero, claro está, a "Cleopatra").
    El momento en que se revela la ruina económica del personaje de Rex Harrison para, a continuación, mostrar como ejemplo del mobiliario del palacio el nombre de Cinecittá de la parte baja de una silla es toda una declaración de intenciones por parte del director.
    Junto con "Topaz" de Hitchcock y "La vida privada de Sherlock Holmes" de Wilder, tres películas que, sin ser perfectas, son obras de absoluta madurez de unos cineastas desengañados y en las que se trasluce con diáfana claridad toda su amargura hacia el género humano.

    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. En primer lugar, te pido disculpas por no haber respondido en su momento a tu comentario. El problema que tengo desde hace un tiempo con este blog es que no me "avisa" cuando entran comentarios de los visitantes (antes lo hacía mediante un correo). Por lo tanto, no me entero de esas entradas si no reviso todos mis post, algo impensable a estas alturas. Por el tiempo transcurrido, más de dos años, no estoy seguro de que leas ahora mi respuesta. Lo siento.
      En las películas de Mankiewicz -no en todas pero en la mayoría- existe un personaje cuya inteligencia y dotes de observación le permiten colocarse por encima de los demás y así manejar los hilos de la trama urdida por él/ella en su beneficio. Basta recordar la invisible Addie Ross de "CARTA A TRES ESPOSAS", la Eva Harrington de "EVA AL DESNUDO" (dentro de esa película también adquiere esa función el personaje de Edison DeWitt), el Ulises Diello de "OPERACIÓN CICERÓN", el Cecil Fox de la que comentamos, el Paris Pitman de "EL DÍA DE LOS TRAMPOSOS", o el Andrew Wyke de "LA HUELLA".
      Bueno, en cualquier caso, "MUJERES EN VENECIA" no la considero un "borrador". Digamos que "LA HUELLA" es la continuación de un discurso que comenzó muchos años antes cuyas características tú misma las defines muy bien en las últimas líneas de tu texto.
      Un abrazo.

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    2. En primer lugar, te pido disculpas por no haber respondido en su momento a tu comentario. El problema que tengo desde hace un tiempo con este blog es que no me "avisa" cuando entran comentarios de los visitantes (antes lo hacía mediante un correo). Por lo tanto, no me entero de esas entradas si no reviso todos mis post, algo impensable a estas alturas. Por el tiempo transcurrido, más de dos años, no estoy seguro de que leas ahora mi respuesta. Lo siento.
      En las películas de Mankiewicz -no en todas pero en la mayoría- existe un personaje cuya inteligencia y dotes de observación le permiten colocarse por encima de los demás y así manejar los hilos de la trama urdida por él/ella en su beneficio. Basta recordar la invisible Addie Ross de "CARTA A TRES ESPOSAS", la Eva Harrington de "EVA AL DESNUDO" (dentro de esa película también adquiere esa función el personaje de Edison DeWitt), el Ulises Diello de "OPERACIÓN CICERÓN", el Cecil Fox de la que comentamos, el Paris Pitman de "EL DÍA DE LOS TRAMPOSOS", o el Andrew Wyke de "LA HUELLA".
      Bueno, en cualquier caso, "MUJERES EN VENECIA" no la considero un "borrador". Digamos que "LA HUELLA" es la continuación de un discurso que comenzó muchos años antes cuyas características tú misma las defines muy bien en las últimas líneas de tu texto.
      Un abrazo.

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