29 de octubre de 2011

EL PISTOLERO DE CHEYENNE (Heller in Pink Tights)
(USA) Paramount, 1959. 100 min. Color.
Pr: Carlo Ponti y Marcello Girosi. G: Dudley Nichols y Walter Bernstein, basado en la novela "Heller witn a Gun" de Louis L'Amour. Ft: Harold Lipstein. Mt: Howard Smith. DA: Hal Pereira y Eugene Allen. Ms: Daniele Amfitheatrof. Dr: George Cukor.
Int: Sophia Loren, Anthony Quinn, Steve Forrest, Margaret O'Brien, Eileen Heckart, Ramon Novarro, Edmund Lowe, Frank Silvera, Richard Matthews, Nick Dennis, Edward Binns.
Resulta evidente que al pistolero Clint le urge cobrarse la "pieza" ganada en la partida de póker
SINOPSIS: En el viejo Oeste, los maltrechos componentes de una compañía ambulante de teatro llegan a la ciudad de Cheyenne donde pretenderán representar su espectáculo. Allí, las cosas se les complican cuando la bella y casquivana primera actriz contrae una deuda de juego durante una partida de póker en la que ella era la apuesta. Por supuesto, el ganador –un apuesto pistolero– querrá cobrar lo antes posible esa deuda carnal, para desesperación del director de la compañía, enamorado de la chica.
La casquivana Angela se esfuerza en aplacar al pobre Tom, enamorado de ella, que no las tiene todas consigo 
COMENTARIO: George Cukor, a lo largo de su dilatada carrera, tocó todos (o casi todos) los géneros ennobleciéndolos con su talento y especial sensibilidad. No obstante, la comedia, el melodrama y el musical fueron sin duda en los que brilló espe­cialmente (a veces, alternándolos en una misma película como es el caso de “A STAR IS BORN”, o los noqueantes cambios de registro de “CHICA PARA MATRIMONIO”). Pero en 1959 nos sorprendió con un western que, viniendo del autor de “CRUCE DE DESTINOS”, tenía –como mínimo– que resultar atípico. Efectivamente, “EL PISTOLERO DE CHEYENNE”, pese a manejar todos los elementos que conforman la imaginería de este género (indios incluidos), lo hace como pretexto, casi como una imposición para no despistar demasiado al espectador que espera ver realmente un western a la usanza. Porque salta a la vista que Cukor los utiliza a su manera y para sus fines. Un ejemplo: los indios atacan el policromado carromato de la compañía teatral en un escarpado paraje y la escena deviene en un insospechado y surrealista festival de colores. Otros ilustradores ejemplos: el barroco diseño del saloon, la boutade de teñir de rubio platino el cabello de Sophia Loren, sus vestidos en relación al decorado, la delirante representación de “Paris y Helena”, etc.). De lo que se desprende que George Cukor, aún en las peores condiciones, conseguía dejar constancia de su elegancia formal, delicioso buen gusto y prodigioso dominio del color como elemento dramático enriquecedor de la puesta en escena, además de su justamente famosa sabiduría para la dirección de actrices. En suma, de su autoría incamuflable.
Nota: el inadecuado título español (la traducción del original sería "Diablesa con mallas rosas"), desplazaba el protagonismo del personaje de Angela (Sophia Loren) al del pistolero Clint (Steve Forrest). Cosas de los distribuidores de la época (o de la Junta de Censura).

24 de octubre de 2011

EN LA CIUDAD DE SYLVIA
(Esp-Fr) Eddie Saeta / Chateau-Rouge, 2007. 90 min. Color.
Pr Ej: Luis Miñarro y Gaëlle Jones. Ft: Natasha Braier. Mt: Nuria Esquerra. DA: Maite Sánchez Balcells. Son: Amanda Villavieja, Marisol Nievas y Ricard Casals. G y Dr: José Luis Guerín.
Int: Pilar López de Ayala, Xavier Lafitte, Laurence Cordier, Tanja Czichy, Eric Dietrich, Charlotte Dupont.
Chico busca chica; chico encuentra chica. ¿es la chica?
SINOPSIS: Un joven vuelve a la ciudad de Estrasburgo para intentar encontrar a una chica que conoció cuatro años antes. En su incesante escrutinio de rostros femeninos con los que coincide o se cruza, cree hallar el de aquella muchacha.
Una Pilar López de Ayala, huidiza, evanescente. Un sueño por reconstruir.
COMENTARIO: La memoria no registra, solo interpreta. El joven viajero que busca ese fantasmá­tico rostro de mujer “retocado” por las sucesivas pinceladas que aplica el tiempo sobre el original semiper­dido, esa mujer reconstruida con elementos de las demás, esa figura femenina acomodada a los sueños, es la levísima base argumental de esta película bella, rigurosa y absorbente. La propuesta narrativa de José Luis Guerín, experimental, llena de sugerencias, referencias y hallazgos, la pureza cinematográfica de sus imágenes capturadas, reflejadas, huidizas, logra desde sus propias virtudes conducirnos de Rohmer al Hitchcock de “VERTIGO”, pasando por elementos que remiten a Tati (especialmente de “PLAYTIME”), Godard, fuentes, entre otras, en las que su autor ha bebido con provecho. A este respecto, basta con mencionar la magistral secuencia de la terraza de Le Conservatoire con un fascinante juego de propuestas expre­sivas. O la del tranvía, al término de la cual se desarrolla el único breve diálogo de la película, sencillamente hipnótica.

19 de octubre de 2011

ELLOS Y ELLAS (Guys and Dolls)
(USA) Samuel Goldwyn / MGM, 1955. 149 min. Color. CinemaScope.
Pr: Samuel Goldwyn. G: Joseph L. Mankiewicz, basado en el musical de Jo Swerling y Abe Burrows, inspirado en la novela de Damon Runyon. Ft: Harry Stradling. Mt: Daniel Mandell. DA: Joseph Wright, Oliver Smith y Howard Bristol. Ms: Cyril Mockridge. Can: Frank Loesser. Cor: Michael Kidd. Dr: Joseph L. Mankiewicz.
Int: Marlon Brando, Frank Sinatra, Jean Simmons, Vivian Blaine, Robert Keith, Stubby Kaye, B.S. Pully, Sheldon Leonard, Johnny Silver, Regis Toomey, Dan Dayton, George E. Stone, Kathryn Givney.
Un grupo de atractivas coristas se rinden al magnetismo emanado del egocéntrico Sky Masterson, el rey de la calle Broadway
Nathan Detroit y Sky Masterson, un par de alérgicos al matrimonio
SINOPSIS: En los bajos fondos de Nueva York, un carismático y respetado jugador acepta la apuesta de un colega por la que se compromete a seducir en el plazo de una semana a una estricta y virginal miembro del Ejército de Salvación, llevándosela con él en un "pecaminoso" viaje a La Habana.
La adorable Sarah Brown, cae rendida (y borracha) ante los trucos desplegados por Sky Masterson
Sky Masterson y Nathan Detroit, finalmente atrapados por la sargento Sarah Brown y Miss Adelaide
COMENTARIO: Obra hasta cierto punto extraña en la filmografía de Mankiewicz y que en su día acumuló muchos detractores, a los que no duda en enfrentarse quien esto escribe, que la considera entre las más sorpresivas y fascinantes de este realizador. Adscrita a un género concreto, algo poco frecuente en su filmografía, se trata de un arriesgado musical trasladado desde Broadway, que a su vez se inspiraba en un viejo film de Lloyd Bacon, "A VERY HONORABLE GUY" (1934). La historia y el escenario están habitados por una entrañable fauna runyoniana de chulos, carteristas, apostadores, hampones de pacotilla, novias pacientes y policías de trato familiar (varios de esos especímenes los reencontramos en la obra postrera de Capra, "UN GANGSTER PARA UN MILAGRO") y su desarrollo viene animado por algunos insólitos números musicales entre los que cabe destacar el que se desarrolla en las cloacas de Broadway, o el desencadenado en un sulfuroso antro de La Habana, sencillamente delirante.
A la suprema inteligencia de la puesta en escena y la redondez de unos brillantes diálogos, hay que añadir una dirección de actores que conseguía memorables composiciones del cuarte­to protagonista, destacando un inesperado Marlon Brando cantante y bailarín (!) al que Mankiewicz ya había dirigido el año anterior en la shakespeariana "JULIO CESAR".

2 de octubre de 2011

NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS
(Esp) Lazona /Telecinco Cinema / Manto Films, 2011. 118 min. Color. Panavision.
Pr: Álvaro Augustin y Gonzalo Salazar-Simpson. Pr Ej: Javier Ugarte y Gonzalo Salazar-Simpson. G: Enrique Urbizu y Michel Gaztambide. Ft: Unax Mendía. Mt: Pablo Blanco. DA: Antón Laguna. Son: Licio Marcos de Oliveira. Ms: Mario de Benito. Dr: Enrique Urbizu.
Int: José Coronado, Rodolfo Sancho, Helena Miquel, Juanjo Artero, Pedro María Sánchez, Nadia Casado, Younes Bachir, Karim El Kerem, Abdel Ali El Aziz, Nasser Saleh, Juan Pablo Schuck, Eduard Farelo.
Rodolfo y Santos, compañeros de trabajo... a veces
SINOPSIS: En Madrid, una noche cualquiera, el inspector de policía Santos Trinidad, borracho y tambaleante, se ve involucrado en un triple asesinato. Pero hay un testigo que consigue escapar... y podría incriminarle. Entonces inicia la caza de ese hombre, intentando localizarle y eliminarle. Mientras tanto, la jueza Chacón, encargada de la investigación del triple crimen, avanza en su trabajo. Lo que parece un simple caso de tráfico de drogas, desembocará en algo mucho más peligroso.
Nuestro hombre, una verdadera alimaña, iniciará una personal cacería
Santos Trinidad, en su descenso a los infiernos
COMENTARIO: Tras insistir hasta tres veces en un género, la comedia, para el que no parecía estar especialmente dotado, Enrique Urbizu decidió dar un brusco volantazo, enfilando una ruta que iría jalonando con obras tan importantes como “LA CAJA 507” y “LA VIDA MANCHA”, que le ha llevado, de momento, hasta “NO HABRÁ PAZ PARA LOS MALVADOS”. Ya desde aquel demoledor boceto de trazos gruesos titulado “TODO POR LA PASTA” quedaba prefigurada la futura trayectoria de Urbizu. Si “LA CAJA 507” era un thriller conciso y seco que abordaba con una buena dosis de audacia y contundencia una temática espinosa como era en aquellos momentos la sangrante realidad nacional de la especulación y corrupción en los negocios inmobiliarios, la película que ahora nos ocupa, conectando con aquella pero yendo más allá, nos sumerge en las oscuras e infectadas aguas que discurren bajo la superficie brillante y esmaltada de un mundo de vulnerables cimientos que a duras penas sostienen el entramado de una ilusoria seguridad. Tras el fulgor de ese espejismo cotidiano, al otro lado de nuestro insonorizado “saloncito occidental”, existe una siniestra realidad habitada por seres de los que voluntariamente ignoramos todo. Pueden ser desechos humanos, alcohólicos y peligrosos, camino del infierno mientras pululan por garitos periféricos como ese Santos Trinidad que terminará su cacería personal, casi como una ironía bíblica, “salvando” de manera involuntaria un ignorado desenlace aterrador; o terroristas islámicos instalando (letales) extintores en centros comerciales, o esos impólutos componentes de instituciones judiciales  incapaces de “detectar” las fisuras del sistema por cuyos intersticios se cuela el caos.
En suma, estamos ante una potente y redonda película de género, cuyas reglas, guionista y realizador, no han dudado en subvertir en aras de las lógicas exigencias que dicta la actual coyuntura. En cualquier caso, un noqueante thriller y una lección de cine-cine (sin exhibiciones ni alardes estilísticos a lo Martin Scorsese) con una cámara exacta e incisiva al servicio de una historia con sesgos muy, muy inquietantes. Y conviene observar el diferente estilo de planificación utilizado por Urbizu, tenebrista y zozobrante cuando sigue las andanzas del policía Santos, o equilibrado e impecable cuando nos muestra a la racional y meticulosa jueza Chacón y sus colaboradores judiciales recavando información.
En fin, ante trabajos como éste, es lícito pensar que el cine americano no posee el patrimonio del neonoir y que quienes lo practican actualmente en Hollywood tendrían mucho que aprender de este realizador vasco ya que, por lo que parece, no supieron extraer lecciones de tipos como el Robert Lewis de "AGENTE ESPECIAL" (The Big Combo), el Robert Aldrich de "EL BESO MORTAL" (Kiss Me Deadly), o Fuller y Siegel, entre otros expeditivos cultivadores. No podemos terminar sin destacar la escalofriante composición, exenta de psicologismos, de un José Coronado dirigido con sabiduría (como el resto del reparto).